El carcinoma de células transicionales (CCT), también conocido como carcinoma de células uroteliales, es el cáncer más común del tracto urinario en perros. Afecta principalmente la vejiga urinaria, la uretra y a veces la próstata en perros machos. Este cáncer agresivo surge de las células epiteliales transicionales que recubren el tracto urinario, crece rápidamente y suele diseminarse, por lo que la detección temprana es vital para la salud de tu mascota.
Aunque el CCT puede ocurrir en cualquier raza, ciertas razas como el Scottish Terrier, West Highland White Terrier, Pastor de las Shetland (perro pastor de las Shetland), Beagle y Teckel son más propensas a padecerlo. Normalmente afecta a perros de edad avanzada, de tamaño pequeño, alrededor de los 12 años. Las hembras parecen ser un poco más propensas, aunque los machos también desarrollan esta enfermedad.
El CCT afecta principalmente al sistema urinario, por lo que la mayoría de los síntomas están relacionados con cambios en la micción. Los signos clave a observar incluyen:
Ocasionalmente, pueden aparecer signos de obstrucción urinaria si el tumor bloquea la uretra, causando molestia o angustia. Dado que estos síntomas pueden imitar infecciones urinarias o piedras en la vejiga, es importante una evaluación veterinaria rápida.
Si observas síntomas urinarios en tu perro, llévalo al veterinario sin demora. El diagnóstico temprano puede mejorar el éxito del tratamiento y la calidad de vida.
El diagnóstico del CCT implica varios pasos. El veterinario comenzará con un examen físico y recopilará el historial médico y detalles de los síntomas de tu perro. Probablemente realizará análisis de orina y sangre para evaluar la salud general y detectar infección o inflamación.
Las técnicas de imagen son cruciales, incluyendo ecografía abdominal para visualizar el tracto urinario, radiografías de tórax y abdomen para comprobar la posible diseminación, y a veces tomografías computarizadas para un detalle anatómico. Se pueden usar estudios con contraste para evaluar la función de los órganos. Para confirmar el CCT, se necesita una biopsia del tumor, habitualmente mediante cistoscopia o métodos quirúrgicos.
El manejo del CCT puede ser complicado ya que es un cáncer agresivo que a menudo infiltra tejidos circundantes. El tratamiento depende de la localización del tumor, su extensión y la salud general de tu perro.
Cirugía puede intentarse para eliminar el tumor; sin embargo, debido a la dificultad quirúrgica y el riesgo de diseminación, no siempre es la mejor opción. A veces se combina con radioterapia, que se dirige con precisión para reducir el tamaño del tumor y ralentizar su progreso.
Quimioterapia es menos eficaz que la radioterapia, pero sigue siendo utilizada, especialmente junto con ciertos antiinflamatorios no esteroideos (AINEs) como el piroxicam, que han demostrado algún beneficio en la ralentización del crecimiento tumoral.
En algunos casos, se puede colocar un catéter urinario para evitar la obstrucción de la uretra por el tumor, mejorando la comodidad y prolongando la vida. Dado que el CCT con frecuencia produce infecciones secundarias del tracto urinario, es común el uso de antibióticos.
Debido a que la cura completa del CCT es difícil, el tratamiento suele centrarse en mantener la comodidad y la calidad de vida. Esto implica revisiones veterinarias regulares, manejo de síntomas e infecciones, y considerar el bienestar del perro en todas las decisiones.
Los costos y la complejidad del tratamiento pueden ser significativos, por lo que es fundamental discutir todas las opciones con honestidad con tu veterinario. Las medidas de cuidados paliativos pueden hacer una gran diferencia en el tiempo restante de tu mascota.
El CCT puede surgir por múltiples motivos, aunque existe una predisposición genética reconocida en algunas razas, como el Scottish Terrier. Factores ambientales, incluyendo inflamación crónica de la vejiga y exposición a químicos, también pueden contribuir. Algunos estudios han señalado vínculos entre ciertos tratamientos antiparásitos que contienen organofosforados o carbamatos y un mayor riesgo, aunque se necesita más investigación.
Aunque no existe una prevención garantizada para el CCT, la cría responsable para reducir riesgos hereditarios y la atención veterinaria pronta ante síntomas urinarios son pasos importantes. Observar patrones en la micción y actuar temprano ante cambios es la mejor manera de detectar el CCT antes de que avance. Los chequeos veterinarios regulares en perros mayores pueden ayudar a descubrirlo pronto.
Siempre elige criadores responsables al buscar un cachorro para reducir la posibilidad de predisposiciones genéticas a enfermedades. Más información sobre encontrar fuentes confiables puedes consultarla en perros en venta.
Respuesta rápida: El pronóstico para perros con carcinoma de células transicionales varía mucho, pero generalmente es reservado a grave debido a la agresividad del tumor. La detección y el tratamiento precoz pueden prolongar la vida con mejor calidad.
Los resultados dependen del tamaño del tumor, localización, diseminación y condición general del perro. Los tiempos medios de supervivencia varían: solo cirugía brinda aproximadamente de 3 a 4 meses, quimioterapia con AINEs entre 7 y 10 meses, y las terapias combinadas pueden extender aún más la vida. El manejo se centra en controlar la diseminación y mantener el confort.
Las visitas regulares al veterinario y el monitoreo de síntomas son clave para tomar decisiones informadas sobre el cuidado y bienestar de tu mascota.