El calicivirus felino (FCV) es una infección viral contagiosa que provoca síntomas respiratorios y orales en los gatos. Existen múltiples cepas y el virus puede mutar, por lo que los gatos recuperados o vacunados pueden contraer formas más leves, aunque la inmunidad completa es rara.
El virus se transmite fácilmente entre gatos que comparten hogar o ambientes comunes como residencias felinas. Comprender la transmisión y la prevención es clave para proteger a tus compañeros felinos.
El FCV ingresa al gato por los ojos, nariz o boca tras el contacto con secreciones infectadas. Se propaga a través de:
El virus puede sobrevivir fuera del cuerpo del gato hasta una semana, y a veces más en ambientes húmedos o protegidos, lo que implica riesgo de contaminación ambiental.
Los síntomas varían según la cepa y la respuesta inmune individual del gato. Habitualmente incluyen:
El veterinario suele diagnosticar el FCV mediante la evaluación de síntomas y antecedentes clínicos. En ambientes con varios gatos, como residencias o protectoras, puede ser necesario realizar pruebas de laboratorio con hisopados bucales o faríngeos para confirmar la infección y tomar medidas precautorias.
Algunos gatos pueden portar el virus sin mostrar síntomas, lo que puede causar falsos resultados positivos o negativos debido a bajos niveles virales.
No existe un tratamiento antiviral específico para el FCV. El tratamiento se enfoca en aliviar los síntomas y apoyar la recuperación del gato:
La vigilancia estrecha y la atención veterinaria son esenciales, especialmente para gatos jóvenes, ancianos o con sistemas inmunitarios debilitados.
Tras la infección, los gatos eliminan el virus mediante secreciones nasales, bucales y oculares durante varias semanas. La mayoría elimina el virus en un mes, pero algunos se convierten en portadores crónicos que excretan el virus intermitentemente y representan un riesgo para otros gatos.
La carga viral disminuye con el tiempo, reduciendo el riesgo de contagio aunque no lo elimina por completo.
La prevención es fundamental para proteger a tu gato y a otros:
La vacunación sigue siendo una medida protectora clave recomendada por veterinarios para reducir gravedad y contagios. Siempre utiliza vacunas de fuentes o criadores confiables y sigue los planes indicados por el veterinario.