La bursitis en perros es una condición dolorosa que afecta a pequeñas bolsas llenas de líquido llamadas bursas, que amortiguan las articulaciones. Cuando estas bursas se inflaman o infectan, puede afectar gravemente la movilidad y la calidad de vida de tu perro.
Esta guía completa explora qué es la bursitis, cómo se desarrolla, qué perros están en mayor riesgo, los síntomas a vigilar y las mejores prácticas actuales para su tratamiento y prevención.
La bursitis en perros puede desarrollarse por varios factores, a menudo relacionados con traumatismos o tensión continua en las articulaciones. Lesiones por caídas o aterrizajes torpes pueden dañar directamente las bursas, aumentando el riesgo de infección e inflamación. Los perros que realizan actividades que requieren movimientos repetitivos de las articulaciones, como los perros de trabajo o de pastoreo como el border collie, son especialmente propensos a la bursitis.
Las lesiones antiguas no completamente curadas también pueden predisponer a los perros a desarrollar bursitis más adelante en la vida. Además, infecciones sistémicas pueden llegar a las bursas a través del torrente sanguíneo, especialmente en perros con sistemas inmunitarios comprometidos debido a enfermedades autoinmunes.
La obesidad y la presión prolongada sobre superficies duras son factores de estilo de vida que aumentan el riesgo, ya que el exceso de peso somete a estrés las articulaciones y el permanecer frecuentemente sobre suelos duros puede causar traumas repetitivos.
La bursitis puede afectar a cualquier raza o edad, pero los perros con estilos de vida activos o que participan en deportes y trabajos físicos enfrentan un mayor riesgo debido a la tensión repetitiva en las articulaciones. Por ejemplo, los perros de pastoreo como el border collie utilizan frecuentemente sus articulaciones, lo que puede llevar al desarrollo de bursitis.
Los perros con sobrepeso u obesos también tienen un riesgo mayor porque su masa corporal adicional aumenta la tensión en las articulaciones. Durante los programas de pérdida de peso, episodios de actividad intensificada pueden desencadenar bursitis. Proporcionar áreas de descanso acolchonadas ayuda a reducir el riesgo en razas grandes.
Los perros con bursitis suelen mostrar signos evidentes que afectan su confort y movilidad. Los síntomas incluyen:
El veterinario realizará un examen físico completo, consultando sobre el historial y los síntomas de tu perro. Si es necesario, podrá tomar muestras de líquido de la bursa para analizar infecciones o usar imágenes como radiografías para descartar otras afecciones.
El tratamiento consiste principalmente en reposar la articulación afectada y limitar la actividad para evitar más tensión. El dolor y la inflamación se gestionan con medicamentos prescritos por el veterinario, como los antiinflamatorios no esteroideos (AINEs).
Los antibióticos son esenciales si hay infección presente y, en algunos casos, puede ser necesario drenar el líquido y vendar la zona. La cirugía se contempla raramente, pero puede ser una opción para bursitis severa o crónica que no responde a tratamientos médicos.
Las medidas preventivas son fundamentales para reducir el riesgo de bursitis y promover la salud articular:
El higroma es una condición común en razas grandes donde se forma una bolsa llena de líquido sobre prominencias óseas como los codos, generalmente debido a presión repetida o traumatismos en superficies duras. A diferencia de la bursitis, los higromas no están revestidos por células epiteliales y típicamente no están inflamados a menos que haya infección secundaria. Aprende más sobre los higromas.
Las infecciones por bursitis en perros son una condición dolorosa pero manejable cuando se detectan a tiempo. Conocer las causas, reconocer los síntomas y seguir los tratamientos y estrategias de prevención recomendados por el veterinario puede mejorar significativamente el bienestar de tu perro. Si sospechas bursitis o notas hinchazón y dolor en las articulaciones de tu mascota, consulta al veterinario sin demora. El cuidado responsable y los ajustes en el estilo de vida son clave para proteger la salud articular y la felicidad de tu mascota.