Puede sorprender a los propietarios y criadores de perros saber que estos pueden portar y transmitir enfermedades de transmisión sexual que afectan a los perros reproductores y a sus cachorros. Los cachorros están en riesgo frente a estas infecciones. La brucelosis es una de las enfermedades venéreas más graves en perros, que se transmite fácilmente durante el apareamiento y de madre a cachorros. Esta infección bacteriana también representa riesgos zoonóticos, es decir, puede pasar a los humanos y otros animales mediante el contacto cotidiano. Es importante que tanto criadores profesionales como aficionados comprendan la brucelosis para proteger la salud de sus perros y de las futuras camadas.
La brucelosis es una infección bacteriana causada principalmente por Brucella canis, la cepa que afecta principalmente a los perros. Sin embargo, otras cepas también pueden infectar perros. La bacteria se dirige a los órganos reproductores, produciendo a menudo abortos, partos de cachorros muertos o muerte neonatal, ya que se transmite a los cachorros en el útero o a través de la leche materna. Si no se trata en perros adultos, la brucelosis puede provocar infertilidad, inflamación dolorosa de las articulaciones (artritis), infecciones oculares, inflamación de discos espinales, así como problemas renales y del tracto urinario. Reconocer estos signos a tiempo es crucial para una intervención oportuna.
La transmisión ocurre comúnmente durante el apareamiento, por lo que las pruebas en perros reproductores son esenciales. Los cachorros pueden infectarse en el útero o mediante la lactancia. La bacteria está presente en la orina, heces, secreciones vaginales, semen y otros fluidos corporales. Los perros que olfatean o tienen contacto con heces o ropa de cama contaminadas también pueden contraer brucelosis. La bacteria sobrevive en el ambiente sobre superficies como la ropa de cama o comederos durante semanas o incluso meses, pero puede eliminarse efectivamente con desinfectantes adecuados o lejía.
Las pruebas son cruciales para cualquier perro destinado a la cría, particularmente para los machos reproductores que sirven a múltiples hembras. Muchos criadores responsables requieren una certificación previa que demuestre que los perros están libres de brucelosis para minimizar riesgos. La prueba rápida de gota sanguínea puede detectar la presencia de la bacteria, aunque los resultados positivos suelen necesitar confirmación adicional debido a posibles falsos positivos. Los perros con resultados positivos deben ser aislados inmediatamente para evitar la propagación de la enfermedad. Otros perros que convivan cercanamente con casos positivos también deben someterse a pruebas. Debido al riesgo de ser portadores de por vida tras la infección, los perros con brucelosis confirmada no deben volver a usarse para cría.
El tratamiento implica cursos prolongados de antibióticos para eliminar la infección. La doxiciclina es comúnmente prescrita, aunque los veterinarios pueden seleccionar alternativas como estreptomicina o tetraciclina para proteger la función renal, especialmente dado que la brucelosis puede afectar los riñones. El tratamiento suele requerir varias semanas de medicación y reanálisis para confirmar la eliminación. Durante este período, los perros infectados deben ser manejados con precaución para prevenir la transmisión a otros perros y a personas.
Aunque los perros tratados generalmente se recuperan bien y permanecen saludables, pueden continuar portando la bacteria sin mostrar síntomas, representando un riesgo para otros. La brucelosis no tratada puede derivar en complicaciones graves, como artritis crónica, trastornos oculares y problemas espinales que requieren cuidados adicionales.
La brucelosis subraya la importancia de la cría responsable y el control sanitario regular. Acudir a criadores reputados que priorizan las pruebas sanitarias reduce significativamente este riesgo. La higiene adecuada, las pruebas antes del apareamiento y el aislamiento de perros infectados son vitales. Este cuidado protege no solo a los animales individuales, sino también a la comunidad canina en general y a la salud pública.
La brucelosis es una enfermedad bacteriana grave y contagiosa que afecta principalmente al sistema reproductor de perros y cachorros. Puede causar infertilidad, abortos y otros problemas de salud. Los dueños y criadores responsables deben asegurarse de realizar pruebas antes de la cría, mantener una higiene excelente y buscar consejo veterinario inmediato si se sospecha o confirma la infección. El tratamiento y manejo adecuados son cruciales para controlar esta enfermedad y salvaguardar la salud canina y humana.
Quienes consideren la cría o adquisición de un perro, deben solicitar siempre las certificaciones sanitarias y elegir cachorros de fuentes responsables. Este enfoque ayuda a mantener perros sanos y felices y fomenta la tenencia ética de mascotas.