Todo propietario de perros sabe que la boca de su mascota alberga una rica comunidad bacteriana, una parte natural del ecosistema oral del perro. Este microbioma oral contiene más de 600 especies bacterianas distintas, algunas esenciales para la digestión y la salud, mientras que otras pueden presentar riesgos si se descuida la higiene.
Los perros exploran su entorno principalmente con la boca, utilizándola para transportar, masticar y obtener información sensorial. Por ello, su boca contiene bacterias del ambiente, de su propio cuerpo y de la alimentación.
La boca del perro proporciona un ambiente cálido, húmedo y rico en nutrientes, ideal para que las bacterias prosperen. La flora oral saludable incluye especies como Pasteurella, Enterobacter cloacae, Acinetobacter calcoaceticus, Klebsiella pneumoniae, Escherichia coli, Staphylococcus aureus y Citrobacter freundii. Estas bacterias generalmente apoyan la salud oral y comienzan el proceso digestivo.
Sin embargo, si se altera el equilibrio, bacterias dañinas como Staphylococcus aureus pueden causar infecciones, especialmente si se introducen en heridas al lamerlas. Los dueños responsables deben manejar cuidadosamente cualquier herida canina y evitar exponer cortes abiertos a la saliva del perro.
La placa dental, común en la mayoría de perros adultos, alberga bacterias como Campylobacter rectus, Porphyromonas gulae y Tannerella forsythia. Estas bacterias contribuyen a la enfermedad periodontal, que afecta a más del 80% de los perros y puede provocar pérdida dental y dolor.
Los perros pueden portar también algunas bacterias específicas de humanos, como Treponema denticola y Eikenella corrodens, por lo que no se recomienda el contacto cercano boca a boca con las mascotas por razones de salud.
Las bacterias en la boca de los perros pueden causar infecciones en humanos, especialmente a través de mordeduras o saliva que entre en contacto con piel rota. Por ejemplo, Capnocytophaga canimorsus puede, en casos raros, originar infecciones graves en la sangre en personas.
Ante cualquier mordedura de perro, la limpieza inmediata y cuidadosa de la herida es esencial. Se recomienda dejar sangrar suavemente si no es abundante, luego desinfectar y cubrir para reducir los riesgos de infección.
Comprender el ecosistema bacteriano en la boca de tu perro y practicar una buena higiene protege la salud de ambos, fomentando una relación segura y cariñosa.
Para quienes buscan una tenencia responsable y un compañero sano, siempre es mejor recurrir a cachorros de criadores responsables que prioricen la salud y el bienestar.