Aunque muchas condiciones de salud caninas son hereditarias o específicas de ciertas razas, existen varias enfermedades contagiosas que pueden transmitirse entre perros. Comprender estas enfermedades ayuda a los dueños a proteger a sus mascotas y a otros animales. Esta guía aborda ocho enfermedades contagiosas que todo dueño de perro debería conocer, incluyendo consejos sobre prevención y cuidado.
El moquillo canino es una enfermedad viral altamente contagiosa que afecta los sistemas respiratorio, gastrointestinal y nervioso. Se propaga rápidamente entre perros mediante gotas en el aire o contacto directo.
Los síntomas incluyen tos, vómitos, diarrea, fiebre, fatiga y, en casos avanzados, convulsiones. Los cachorros son especialmente vulnerables y el moquillo no tratado puede ser fatal.
La vacunación es esencial: los cachorros deben recibir la vacuna contra el moquillo de forma temprana y refuerzos anuales para mantener la protección.
Esta infección viral afecta principalmente a cachorros y perros jóvenes antes de que su sistema inmunitario esté completamente desarrollado. El coronavirus provoca diarrea, vómitos, deshidratación, pérdida de peso y letargo general.
Aunque es una enfermedad seria, existen vacunas disponibles y reducir el contacto con perros sintomáticos disminuye el riesgo de contagio.
El parvovirus es una de las enfermedades más contagiosas y severas que afectan a los perros, especialmente a los cachorros. Principalmente se transmite por contacto con heces o ambientes contaminados.
El parvovirus provoca vómitos severos, diarrea con sangre, deshidratación y letargo. Sin intervención veterinaria inmediata, a menudo es fatal. Es vital mantener a los cachorros alejados de otros perros hasta completar su calendario de vacunación.
La vacunación de rutina es la mejor defensa, junto con buenas prácticas higiénicas.
La hepatitis canina es causada por un virus que ataca el hígado y los riñones, transmitido mediante contacto con fluidos corporales infectados u objetos contaminados.
Los síntomas incluyen fiebre, ictericia, dolor abdominal, vómitos y diarrea. Puede causar daño severo al hígado y riñones si no se trata, pero es prevenible con vacunación.
La enfermedad de Lyme es una infección bacteriana transmitida por garrapatas. Provoca cojera intermitente, fatiga, pérdida de apetito y malestar general en los perros afectados.
Si no se trata, la enfermedad puede dañar el corazón, cerebro y riñones, causando problemas de salud a largo plazo o la muerte.
La prevención se basa en el control de garrapatas mediante tratamientos antiparasitarios adecuados y revisar a tu perro después de actividades al aire libre.
La tos de las perreras es una enfermedad infecciosa respiratoria, frecuentemente causada por la bacteria Bordetella bronchiseptica o virus. Se propaga rápidamente en lugares donde los perros están en contacto cercano.
Los síntomas incluyen tos persistente, arcadas y secreciones nasales o oculares. Aunque suele ser leve, puede ser grave en cachorros o perros mayores.
Existe vacuna disponible contra la tos de las perreras, recomendada para perros que frecuentemente están en contacto con otros.
La parainfluenza es otro virus respiratorio relacionado con la tos de las perreras, que se propaga fácilmente entre perros en espacios cerrados.
A menudo causa síntomas respiratorios más severos como tos dolorosa, fiebre, congestión nasal y letargo.
La vacunación forma parte de muchas combinaciones de vacunas contra la tos de las perreras y ayuda a reducir el riesgo.
La leptospirosis es una enfermedad bacteriana transmitida mediante contacto con agua, tierra u orina contaminada de animales infectados. Los perros pueden contraerla al nadar o beber en estanques o lagos inseguros.
Los síntomas incluyen fiebre, ictericia, dolor abdominal, vómitos y, a veces, problemas de coagulación. Aunque es más prevalente en áreas rurales o con presencia de agua estancada en España, la vacunación y la prevención de parásitos son muy importantes.
Estas enfermedades subrayan la importancia de una tenencia responsable, que incluye vacunaciones regulares, control de parásitos, buena higiene y evitar el contacto con animales enfermos o entornos insalubres.
Si sospechas que tu perro está enfermo o ha estado expuesto a alguna enfermedad contagiosa, busca rápidamente el consejo de un veterinario para un diagnóstico y tratamiento adecuado.
Recuerda, un buen cuidado preventivo salva vidas y garantiza que tu perro se mantenga feliz y saludable durante muchos años.