Las infecciones de oídos y las infestaciones parasitarias como los ácaros del oído son bastante comunes en perros, especialmente en aquellos con orejas largas y caídas y canales auditivos cerrados. El Basset Hound es una raza propensa a problemas de oído. Una limpieza preventiva y regular puede reducir en gran medida el riesgo de infecciones dolorosas y persistentes, pero es esencial que se realice correctamente para evitar daños o estrés en tu perro.
Limpiar los oídos de tu perro puede parecer sencillo, pero conocer los productos adecuados y cómo abordar el proceso puede marcar la diferencia. Los perros, a diferencia de los humanos, no entienden por qué deben limpiar sus oídos, por lo que es vital que la experiencia sea lo más suave y positiva posible para su comodidad y cooperación.
Este artículo aborda cinco errores comunes que debes evitar al limpiar los oídos de tu perro, guiándote hacia una rutina de cuidado auditivo segura y eficaz.
Evita la tentación de insertar bastoncillos u otros objetos profundamente en el canal auditivo de tu perro. Muchos propietarios cometen el error de introducir bastoncillos dentro del oído, lo que puede dañar el delicado tímpano o empujar la suciedad y cera más profundamente, provocando impactaciones dolorosas y problemas de audición.
En cambio, limpia suavemente solo las partes externas del oído usando un paño suave o algodón. Nunca uses bastoncillos o herramientas similares dentro del canal auditivo. Esta práctica protege la audición de tu perro y previene problemas adicionales en los oídos.
Sigue siempre el consejo de tu veterinario respecto a los productos de limpieza para los oídos. Las soluciones comerciales o las específicas para humanos no suelen ser adecuadas para perros y pueden alterar el delicado equilibrio del pH o irritar la piel, empeorando cualquier problema.
Usa solamente limpiadores auriculares aprobados por veterinarios y recomendados por tu profesional veterinario. Estos productos están diseñados para ser seguros y efectivos para los oídos de tu perro, apoyando la limpieza y la curación cuando sea necesario.
La limpieza de oídos puede ser desagradable o estresante para algunos perros. Forzar a tu perro o limpiarlo de forma desordenada puede complicar futuras sesiones y hacerlas menos eficaces.
Para evitar el estrés, prepara todos los materiales de antemano y actúa con rapidez pero con calma. Asegura a tu perro de forma cómoda para que no se mueva en exceso ni te rasque, y considera tener ayuda si es necesario. Mantén las sesiones cortas y siempre recompensa a tu perro con elogios o premios para crear asociaciones positivas.
Dejar humedad dentro del oído tras la limpieza puede favorecer el crecimiento de bacterias o levaduras, empeorando las infecciones. Los perros con orejas caídas son especialmente susceptibles, ya que estas pliegues atrapan la humedad.
Después de limpiar, seca suavemente y de forma completa los oídos de tu perro con un paño suave y limpio. Evita dejar los pliegues húmedos, ya que pueden convertirse en un caldo de cultivo para infecciones.
Utiliza cada sesión de limpieza para inspeccionar posibles señales de problemas. Dolor inexplicable, enrojecimiento, exceso de cera o secreción oscura y granulada pueden indicar infecciones o infestaciones parasitarias como los ácaros del oído.
Si observas alguna de estas señales o tu perro muestra molestias persistentes o dolor, consulta rápidamente con tu veterinario para una evaluación y tratamiento en lugar de intentar limpiar o medicar el oído por tu cuenta.
Siguiendo estas pautas y evitando errores comunes, puedes mantener los oídos de tu perro sanos, cómodos y libres de infecciones. Recuerda que las revisiones veterinarias regulares y el uso de productos recomendados son clave para un buen cuidado auditivo.