A menudo desapercibidas, las patas de tu perro son realmente fascinantes y esenciales para su vida diaria. Desde amortiguar cada paso hasta ayudar a regular la temperatura, las patas cumplen múltiples funciones importantes. En este artículo, compartimos trece datos fascinantes que te ayudarán a entenderlas mejor y a cuidar de ellas adecuadamente.
La pata de un perro está formada por cinco partes principales: las uñas, las almohadillas digitales (almohadillas de los dedos), la almohadilla metacarpiana (almohadilla central grande), la almohadilla del carpo (más arriba, que funciona como freno) y el espolón. Comprender estas partes ayuda a saber cómo funcionan las patas de tu compañero canino.
Las almohadillas de las patas contienen piel engrosada y resistente que protege a tu perro al caminar sobre superficies duras o ásperas. Los perros activos al aire libre suelen desarrollar almohadillas más gruesas y rugosas, mientras que los perros de interior tienen almohadillas más suaves y delgadas. Bajo esta capa resistente hay tejido graso que actúa como amortiguador, absorbiendo impactos y protegiendo huesos y articulaciones dentro de la pata.
El tejido graso de las almohadillas también funciona como aislante, ayudando a proteger los pies de tu perro del suelo frío. Cuando la sangre fría llega a las patas, las arterias la devuelven hacia el cuerpo, recalentándola en un ciclo que previene la congelación y el malestar en días fríos.
Los perros tienen glándulas sudoríparas en la capa interna de la piel de sus patas. Sudar por las patas ayuda a regular su temperatura corporal y evita que las almohadillas se resequen, especialmente en días calurosos.
A diferencia de los humanos que soportan el peso sobre los talones, los perros caminan apoyándose en los dedos, lo que se denomina marcha digitígrada. Esta característica les aporta agilidad y velocidad, pero significa que los delicados huesos de los dedos deben estar protegidos de lesiones.
La almohadilla del carpo, ubicada más arriba en las patas delanteras, ayuda a mantener el agarre en superficies resbaladizas y al bajar pendientes. Actúa como un freno para evitar resbalones, incrementando la seguridad durante el movimiento.
Los espolones, que generalmente se encuentran en las patas delanteras, proporcionan estabilidad y agarre extra. Algunas razas, como el Mastín del Pirineo, también tienen espolones en las patas traseras, que ayudan en terrenos irregulares. En otras razas, se suelen retirar los espolones traseros para prevenir enganches.
Aunque no son imprescindibles para todos los perros, los espolones pueden ayudarles a agarrar objetos mientras mastican o excavan. También aportan equilibrio y tracción adicional en razas adaptadas a terrenos exigentes.
El tamaño y forma de las patas varían mucho según la raza. Por ejemplo, algunas razas tienen “patas de gato”, caracterizadas por patas redondeadas y compactas que ahorran energía durante el movimiento. Otras tienen “patas de liebre”, con dedos medios más largos que permiten correr rápido, como en el Galgo Español o el Samoyedo.
Las razas conocidas por sus habilidades para nadar suelen tener patas palmeadas para mejorar la propulsión en el agua. El Perro de Agua Español, el Perro de Agua Portugués, el Terranova y el Field Spaniel son algunos nadadores excepcionales con patas palmeadas.
Los perros nativos de regiones heladas y nevadas tienen almohadillas más grandes y anchas que les ayudan a agarrarse a superficies resbaladizas y caminar con facilidad sobre la nieve, protegiendo sus patas del frío.
Además de facilitar el movimiento y proteger, las patas contienen terminaciones nerviosas sensibles que permiten a los perros sentir texturas, temperaturas y vibraciones; información fundamental para su interacción con el entorno.
Revisar frecuentemente las patas de tu perro, mantener las uñas bien recortadas y limpiar y hidratar las almohadillas favorece su comodidad y movilidad. Si notas olores extraños, enrojecimiento, hinchazón o heridas, consulta al veterinario, pues pueden ser señales de infección u otros problemas de salud.
Comprender la complejidad y adaptabilidad de las patas de tu perro enriquecen vuestro vínculo y fomentan un cuidado responsable que mejora la calidad de vida de tu mascota.
Si estás interesado en encontrar cachorros de razas con características únicas en sus patas, considera cachorros de Bull Terrier con compactas “patas de gato,” o cachorros de Galgo Español con elegantes patas de liebre, provenientes de criadores responsables.