El Angora Turco, a decir de muchos entendidos, podría ser la raza felina más antigua y origen de muchas de las actuales. Lo cierto es que, de estos bellos animales, ya se tiene constancia en varios países del Oriente Próximo desde tiempos Bizantinos. Como anécdota; la leyenda de que el fundador de la Turquía moderna, Mustafa Kemal Atatürk, regresará al mundo de los vivos reencarnándose en un Angora Turco.
El Angora Turco es originario de Turquía. Su difusión entre los países vecinos empezó entre los siglos X y XII fomentada especialmente por el gran tráfico de mercaderes. A Occidente, sin embargo, no llegaría hasta el siglo XVI, una vez más, de la mano de comerciantes; ingleses y franceses. La raza empezó a ganar protagonismo entre la nobleza de la época y hoy en día sigue siendo una de las más apreciadas. La raza se oficializó en los años setenta, tanto en USA como en Europa.
El Angora Turco es un gato independiente y temperamental aunque se mostrará habitualmente dócil y cariñoso. Se trata de un gato muy inteligente y juguetón, le encantará entretenerse con pequeñas pelotas. Con un poco de práctica, será capaz de devolvérnoslas si se las lanzamos, adoptando un comportamiento más propio de un perro.
Se adaptará bien a cualquier entorno siempre que disponga de total movimiento. Con los niños suelen comportarse muy pacientemente.
El Angora Turco es un gato mediano, elegante y musculoso. La cabeza es más bien pequeña y triangular. Las orejas son grandes y puntiagudas. Respecto a los ojos; son grandes y ovalados en cualquier color o dispares. Poseen un pelaje semilargo, de textura muy sedosa y sin pelusa lanosa. A los machos adultos se les suele formar un abundante collar. En cuanto a los colores; el más apreciado es el blanco aunque se admiten todas las tonalidades excepto el factor Burmés y los colores chocolate, lila, fawn y canela.
El Angora Turco no necesitará un cuidado demasiado exhaustivo, tan sólo cepillados esporádicos. Su larga cabellera nunca se apelmaza al no poseer pelusa lanosa.
El Angora Turco suele ser un gato sano y longevo. En los ejemplares blancos existe riesgo de sordera congénita, especialmente en los ejemplares de ojos dorados y dispares. Debido al largor de su pelaje, también se podrían presentar casos de tricobezoares (bolas de pelo en el aparato digestivo), fácilmente tratables con alguna solución a base de aceite de parafina.
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