Los cachorros de Chihuahua son una de las razas de perros pequeños más populares en España, conocidos por su adorable apariencia y tamaño compacto. Su pequeña estatura los hace adecuados para muchos hogares, incluyendo pisos urbanos, y fáciles de transportar cuando es necesario.
Aunque su tamaño es una ventaja, también presenta ciertos desafíos, especialmente en actividades físicas como la natación. En este artículo exploramos la cuestión: ¿pueden los Chihuahuas nadar? y qué deben entender los dueños para garantizar la seguridad de su perro en y alrededor del agua.
Los Chihuahuas pueden nadar instintivamente cuando se les coloca en el agua, usando su reflejo natural de movimientos para mantener la cabeza fuera del agua. Sin embargo, esta capacidad instintiva no significa que sean nadadores fuertes o confiados. Su estructura física—particularmente sus cabezas relativamente grandes—tiende a inclinarles el cuerpo hacia adelante, lo que provoca tensión en sus músculos del cuello rápidamente.
Según las aportaciones veterinarias actuales (2025), los Chihuahuas no son considerados buenos nadadores. Aunque tienen patas suficientemente largas y cuerpos flotantes, sus características anatómicas hacen que nadar sea fatigoso y potencialmente peligroso, especialmente en ambientes no controlados como ríos, lagos o el mar. Su pequeño tamaño corporal y bajo porcentaje de grasa corporal aumentan su vulnerabilidad a la hipotermia y se cansan más rápido que las razas más grandes.
Para la mayoría de los Chihuahuas, nadar en cuerpos de agua naturales como ríos, lagos o charcas es una actividad de riesgo. Pueden tener dificultades para entrar y salir del agua, enfrentarse a corrientes suaves pero desafiantes, y afrontar peligros como bajadas bruscas de temperatura y fauna acuática. La natación sin supervisión implica riesgos de agotamiento, hipotermia o ahogamiento.
Formas seguras de permitir que un Chihuahua disfrute del agua incluyen sesiones supervisadas en piscinas para hidroterapia canina gestionadas profesionalmente donde se controla la temperatura y profundidad del agua, o acceso a una piscina infantil poco profunda y cálida en casa donde el perro pueda entrar y salir libremente y a su ritmo.
En general, los Chihuahuas tienden a no disfrutar nadar o estar mojados. La mayoría prefieren evitar el agua por completo, por lo que es poco probable que salten voluntariamente a situaciones de natación. Como propietario, tu prioridad debe ser la seguridad cerca del agua en lugar de fomentar la natación.
Aunque los Chihuahuas pueden nadar instintivamente, no son nadadores fuertes debido a sus características físicas únicas. Los dueños en España deben priorizar la seguridad y usar ambientes controlados o juegos acuáticos suaves con supervisión. Esto ayuda a garantizar que tu pequeño compañero disfrute del agua de forma segura y cómoda, sin riesgos innecesarios.