Los paseos de verano con tu perro son una fuente de alegría, pero requieren cuidados especiales para evitar lesiones como quemaduras en las patas a causa del pavimento caliente. Las quemaduras en las patas son dolorosas y frecuentes durante los veranos en España, aunque totalmente evitables si sabes identificar los riesgos y proteger a tu amigo peludo.
Los perros dependen de sus patas para el equilibrio y el movimiento, pero estas sensibles almohadillas pueden quemarse gravemente cuando están en contacto con superficies calientes como asfalto, cemento o pavimento calentado por el sol. Esta guía te proporciona consejos prácticos y aplicables para disfrutar de los paseos de verano con seguridad y mantener las patas de tu perro saludables.
En los veranos españoles, el pavimento puede alcanzar temperaturas superiores a los 52°C incluso cuando la temperatura del aire parece moderada, alrededor de 25°C. Las patas de los perros pueden sufrir quemaduras en menos de un minuto a estas temperaturas. Es importante tener en cuenta que las superficies en plena exposición al sol serán mucho más calientes que las áreas sombreadas y también que la temperatura ambiental.
Generalmente, cuando las temperaturas superan los 22°C, se deben tomar precauciones extremas. Las temperaturas del pavimento son especialmente peligrosas durante las horas puntas del mediodía, por lo que planificar los paseos para primeras horas de la mañana o al atardecer, cuando las superficies están más frescas, reduce significativamente el riesgo.
Antes de salir o al llegar a una nueva zona, realiza esta sencilla prueba de siete segundos:
Esta prueba, recomendada por veterinarios y organizaciones de cuidado animal en España, es una manera fácil y rápida de verificar si el suelo es seguro para tu perro sin necesidad de equipos especiales.
Siempre que sea posible, camina con tu perro por césped, caminos de tierra o zonas sombreadas que se mantienen más frescas y son más suaves para las patas. Incluso cruzar brevemente por suelos calientes puede causar daños, así que mantente atento. Ajusta los horarios de caminata a las horas más frescas del día, como temprano en la mañana o al atardecer durante las olas de calor en verano.
Si no tienes más opción que andar sobre pavimentos duros, elige rutas cortas y alterna con áreas sombreadas o con césped para que las patas descansen.
Las botitas para perros diseñadas para proteger del calor pueden ser muy efectivas, pero asegúrate de que sean especialmente adecuadas para el calor del verano. Deben ajustarse bien y permitir que el perro se mueva con comodidad.
La cera protectora para patas es otra opción que ayuda a hidratar y proteger las almohadillas, aunque en días muy calurosos y con exposición prolongada puede no ser suficiente. Después de los paseos por superficies cálidas, refresca las patas con agua fresca y revisa suavemente si hay enrojecimiento, ampollas o cojeo para detectar lesiones a tiempo.
Presta atención a cualquier cambio en la forma de caminar de tu perro: dudas, cojera, levantar las patas, lamerse o morderse los pies o quejidos son indicios de dolor o lesión. Si observas estos signos, retira a tu perro del pavimento caliente y revisa sus patas en busca de quemaduras o ampollas.
Si las quemaduras son visibles o los síntomas continúan, busca atención veterinaria sin demora para evitar dolor e infecciones. Recuerda que incluso las quemaduras leves pueden ser muy dolorosas para los perros y tardan semanas en sanar.
Comprender los peligros del pavimento caliente y seguir estos consejos te permitirá proteger a tu perro de quemaduras dolorosas y disfrutar de los paseos de verano juntos. Planifica tus rutas y horarios pensando en las condiciones más frescas, realiza la prueba de siete segundos regularmente, utiliza protección cuando sea necesario y mantente atento a cualquier signo de lesión en las patas. Un cuidado responsable mantiene a tu perro feliz y seguro, permitiéndote disfrutar plenamente de la compañía durante el verano.
La responsabilidad de un dueño implica considerar las necesidades de su mascota en cada estación. Con pequeños pasos preventivos este verano, ayudas a tu perro a evitar daños duraderos y a vivir experiencias seguras y positivas por muchos años.