Los cachorros de Boston Terrier son perros cariñosos, activos y llenos de encanto único. No obstante, sus rasgos físicos particulares, como el hocico corto y sus grandes ojos expresivos, les predisponen a ciertos problemas de salud. Conocer estas afecciones comunes ayuda a los propietarios a identificar signos tempranos y acudir al veterinario a tiempo, promoviendo el bienestar y la longevidad de tu Boston Terrier.
Los Boston Terrier son perros braquicéfalos, lo que significa que tienen cráneos acortados y caras planas, causándoles a menudo problemas para respirar conocidos como Síndrome de Vía Aérea Braquicefálica (SVAB). Esta condición ocurre debido al exceso de tejido blando que estrecha las vías respiratorias.
La luxación patelar es una afección ortopédica común en la que la rótula se desplaza, causando cojera y molestias. Los Boston Terrier pueden estirar la pata trasera para intentar que la rótula vuelva a su lugar.
En Boston Terrier, esta deformidad genética de la columna está vinculada a su característica cola enrollada. Las vértebras malformadas pueden provocar compresión medular, generando síntomas neurológicos.
Las infecciones de oído son un problema habitual en Boston Terrier y pueden derivar en sordera sensorioneural si no se tratan adecuadamente.
Los ojos prominentes hacen al Boston Terrier vulnerable a diversas enfermedades oculares que pueden afectar gravemente la visión y el confort.
Frecuentes en perros mayores, causan opacidad del cristalino y pueden afectar la vista. Pueden ser hereditarias o secundarias a enfermedades como la diabetes.
Generalmente causadas por traumatismos o irritaciones, estas úlceras son muy dolorosas y requieren atención veterinaria inmediata para evitar daños permanentes.
Condición dolorosa causada por presión intraocular elevada, suele aparecer alrededor de los dos años y puede provocar ceguera. Normalmente afecta un ojo a la vez. El cuidado veterinario es esencial para preservar la visión del otro ojo y gestionar la evolución.
Prolapso doloroso de la glándula del tercer párpado que produce una hinchazón roja. Se aconseja cirugía temprana para prevenir infecciones y complicaciones. Si afecta a un ojo, se debe vigilar el otro cuidadosamente.
Exceso de crecimiento de pestañas que puede irritar la córnea, causando úlceras y posible ceguera si no se trata.
Enfermedad autoinmune que provoca sequedad crónica y ulceración de la córnea. Requiere tratamiento médico de por vida.
Los párpados o pestañas se pliegan hacia dentro, irritando la córnea, causando dolor y ulceración. Generalmente requiere corrección quirúrgica.
Debido a sus cabezas grandes en proporción al cuerpo, los cachorros de Boston Terrier suelen requerir parto por cesárea para garantizar la seguridad tanto de la madre como de los pequeños.
No todos los Boston Terrier sufrirán estas afecciones, pero los futuros propietarios deberían comprar cachorros solo de criadores responsables de Boston Terrier que realizan un buen cribado de salud a sus perros reproductores. Los criadores comprometidos trabajan para reducir enfermedades hereditarias mediante pruebas sanitarias y selección prudente. Dado que algunos problemas genéticos pueden saltar generaciones, ningún criador puede garantizar salud perfecta; la cría ética y el cuidado veterinario temprano son clave.
El Boston Terrier es un compañero encantador y afectuoso. Entender las condiciones de salud a las que puede ser propenso permite a los propietarios reconocer señales de alerta, buscar consejo veterinario a tiempo y proporcionar un entorno que minimice riesgos, como evitar el golpe de calor y cuidar bien las orejas y los ojos. Elegir cachorros criados responsablemente y mantener revisiones regulares son esenciales para disfrutar muchos años con un Boston Terrier sano y feliz.