¿Los gatos necesitan que los saquemos a pasear?

La respuesta es no. Los gatos no necesitan salir a pasear con una correa todos los días, ya que, a diferencia de los perros, no tienen que hacer sus necesidades fuera, pues tienen su caja de arena. Pero eso no significa que no salgan a tomar el sol o el aire fresco, porque, como cualquier animal, les gusta el aire libre y tumbarse a tomar el sol, por eso muchos eligen los alfeizares de las ventanas o las terrazas para pasar las horas centrales del día.

¿Por qué no es recomendable que saquemos a los gatos a pasear?

Varias son las razones por las que no se aconseja sacar a pasear a un gato, a saber:

• Se asustan fácilmente. Cuando pasean por la calle pueden asustarse con el ruido de los coches, con la cercanía de los perros y con la presencia de otras personas. Además, pasear por una zona que no conocen les puede provocar temor y estrés, lo que perjudica seriamente la salud de nuestro animal.
• Pueden herirse. Las patas de los gatos son muy delicadas y sensibles. Al pasear por la calle pueden hacerse daño en las garras, cortarse en las almohadillas si hay cristales en el suelo o clavarse pequeñas piedras que encontremos durante el paseo. Los riesgos a los que exponemos a esta parte tan importante del animal son notables.
• No necesitan relacionarse con otros gatos. Estas mascotas no necesitan relacionarse o jugar con otros de su especie. Por tanto, lo que para los perros es un momento de esparcimiento y de interacción con otros cánidos, para los gatos no lo es tanto, porque, como ya hemos apuntado, son animales muy independientes.
• Se pueden escapar. Ya hemos apuntado que los gatos pueden asustarse en la calle, en un entorno que no conocen y que les hace estar muy expuestos. El miedo que pueden sentir ante un suceso puede provocar que salgan huyendo y acaban escapándose o perdiéndose.
  

Si, pese a todo lo anterior, queremos sacar a nuestro gato a pasear, es menester que lo llevemos siempre con una correa especial para estos felinos, suave y adaptable a su cuerpo, o con un arnés específico. Que el lugar elegido sea seguro para él, que corra el menor riesgo posible de lastimarse o de ser "molestado" por personas desconocidas o por otro animales. También es importante armarse de paciencia, especialmente las primeras veces que lo saquemos al exterior. Si finalmente la experiencia no le resulta agradable, no debemos insistir, podríamos plantearnos acondicionar su espacio interior para estimular su actividad exploradora.