El carlino es una de las razas de perro más reconocidas y queridas en España, famoso por su rostro achatado y su personalidad encantadora. Sin embargo, tener un perro braquicéfalo como el carlino implica conocer sus necesidades especiales, especialmente en los meses de verano cuando el calor representa un riesgo considerable.
Los carlinos tienen el hocico corto que dificulta la respiración en comparación con razas de nariz más larga. Esta estructura de las vías aéreas reduce su capacidad para enfriarse mediante el jadeo, aumentando el riesgo de sobrecalentamiento y golpe de calor durante el calor intenso.
La anatomía braquicéfala con narices estrechas y paladar blando alargado limita el flujo de aire. Los carlinos se fatigan rápidamente y tienen dificultades para regular su temperatura corporal con calor elevado o ejercicio intenso. Esto puede ser peligroso porque los signos de estrés por calor pueden empeorar con rapidez.
Muchos carlinos tienden a tener sobrepeso, lo que agrava su sensibilidad al calor. El exceso de peso corporal aumenta el esfuerzo para moverse y la producción de calor, por lo que mantener un peso saludable mediante dieta y ejercicio es esencial para su bienestar. Tu veterinario puede ofrecer consejos personalizados y ayudar a controlar su peso.
Debido a la estructura facial, la mayoría de los carlinos no pueden mantener bien la nariz fuera del agua, lo que hace que nadar sea complicado y potencialmente peligroso. Si permites que tu carlino se remoje, asegúrate de que sea en aguas poco profundas y limpias, con supervisión constante para evitar accidentes.
El ejercicio es fundamental pero debe adaptarse en verano. Pasea a tu carlino solo en las horas frescas, al amanecer o al atardecer, evitando temperaturas superiores a 27°C. Elige rutas con sombra y vigila signos de sobrecalentamiento como jadeo excesivo, babeo o letargo. Lo más seguro son actividades cortas y suaves.
El asfalto o las aceras calientes pueden quemar rápidamente las delicadas almohadillas de los carlinos. Si el suelo está demasiado caliente para tus pies descalzos, también lo estará para las patas de tu perro. Prefiere zonas con césped o sombra y prueba la temperatura del suelo antes de pasear a tu carlino en días de calor intenso.
Al ajustar de forma proactiva la rutina de cuidados en verano, protegerás a tu carlino del estrés térmico y garantizarás que disfrute la temporada de forma segura y feliz.