El cuidado y cepillado regular de tu perro es fundamental para una tenencia responsable, asegurando que tu compañero canino esté sano y cómodo. Ya sea un perro de raza o mestizo, es vital prestar atención a su piel y pelaje. Antes de empezar, reúne todas las herramientas necesarias como cepillos, peines, un peine antipulgas, cortaúñas, champú específico para perros y muchas toallas. Durante el manejo, aprovecha para revisar suavemente si tu perro tiene bultos inusuales, piel inflamada, garrapatas o pulgas. El cuidado regular también es una buena oportunidad para inspeccionar sus oídos y patas en busca de signos de infección, acumulación de cerumen o lesiones. Si tienes una raza concreta, como cachorros de Golden Retriever, utiliza productos de cuidado y técnicas adecuadas a su tipo de pelaje para mantenerlo brillante y saludable.
El cepillado no solo es una cuestión estética sino esencial para la salud de la piel y el pelaje. Algunos perros con pelajes densos o doble capa requieren cepillados diarios, mientras que otros bastan con una o dos veces por semana. El cepillado estimula el crecimiento del pelo y elimina suciedad, grasa y células muertas. Utilizar un peine después del cepillado ayuda a desenredar sin dañar ni lastimar a tu perro, llegando hasta la piel. Sé gentil y paciente; un cuidado forzado puede causar dolor y estrés, haciendo que tu perro rechace futuras sesiones de cuidado. En caso de enredos difíciles, será mejor hacer una pausa y continuar más tarde para evitar molestias.
Llena la bañera o zona de lavado con agua tibia, ni muy caliente ni fría, para asegurar el confort de tu perro. Presenta el área con calma, hablando suavemente y ofreciendo algún premio si es necesario. Ten a mano un paño húmedo para limpiar su rostro, protegiendo ojos y oídos sensibles.
Usa un champú formulado específicamente para perros; los champús humanos pueden irritar su piel. Moja bien el pelaje desde el cuello hasta la cola, evitando salpicar directamente la cara. Aplica el champú con moderación y masajea suavemente hasta llegar a la piel para una limpieza profunda. Enjuaga bien para eliminar todos los residuos, ya que el champú remanente puede causar irritación.
Tras el aclarado, seca a tu perro con varias toallas. Si lo tolera, utiliza un secador en temperatura baja, cuidando de no sobrecalentarlo ni asustarlo. Es importante mantenerlo completamente seco antes de sacarlo al exterior para prevenir resfriados y problemas cutáneos.
Algunos perros requieren corte regular de uñas, especialmente si no caminan habitualmente sobre superficies duras que las desgasten naturalmente. Usa cortaúñas profesionales para perros y recorta solo un poco cada vez. En perros con uñas oscuras donde no se ve la zona viva (rápida), lo mejor es pedir ayuda al veterinario o peluquero para evitar dolor y sangrado. Cepillar los dientes uno o dos veces por semana favorece la salud oral a largo plazo y previene enfermedades dentales, haciendo del cuidado una rutina integral.
Cuidar a tu perro en casa puede parecer complicado al principio, pero con práctica se convierte en una rutina valiosa que mejora su salud y fortalece vuestra relación. Si el cuidado se vuelve estresante para ti o tu perro, acudir a un profesional en peluquería canina es una excelente alternativa. Con cariño y constancia, tu perro disfrutará este importante aspecto de su bienestar.