El Borzoi es conocido por su elegancia y apariencia grácil. A pesar de su constitución delgada, los Borzoi son generalmente una raza sana, con relativamente pocos problemas hereditarios en comparación con muchas otras razas grandes. Los criadores responsables en España priorizan los exámenes de salud para mantener la robustez de esta raza, asegurando que muchos Borzoi vivan vidas largas y activas sin enfermedades significativas.
Sin embargo, los Borzoi no están exentos de ciertas afecciones, especialmente aquellas comunes en perros con pecho profundo. Una preocupación particular es el hinchazón gástrico o torsión de estómago (conocido como dilatación gástrica-volvulus, GDV), una condición grave y potencialmente fatal que requiere atención veterinaria inmediata.
Esta afección ocurre cuando el estómago se llena de gas y gira, cortando el suministro de sangre. Puede agravarse rápidamente y ser mortal si no se trata. Los síntomas en Borzoi incluyen abdomen hinchado, babeo excesivo, inquietud, respiración superficial y rápida, y dolor abdominal. Los propietarios deben buscar atención veterinaria urgente ante la presencia de estos signos.
Para reducir el riesgo de hinchazón gástrica, es recomendable alimentar a los Borzoi al menos una hora antes del ejercicio y elevar los comederos de agua para evitar que bajen demasiado la cabeza al beber. Es fundamental controlar los horarios de alimentación y la actividad posterior a las comidas.
Esta condición articular afecta el cartílago en las articulaciones de los Borzoi, particularmente en cachorros en crecimiento. Aparece comúnmente entre los 4 y 9 meses de edad y puede afectar varias articulaciones al mismo tiempo. Los cambios rápidos en el crecimiento contribuyen al desarrollo de OCD. Los síntomas incluyen dolor articular y cojera. El diagnóstico temprano y la intervención veterinaria mejoran el manejo y recuperación.
HOD es una enfermedad inflamatoria ósea que afecta a algunos cachorros Borzoi. Aunque se desconoce la causa exacta, la dieta y factores genéticos probablemente influyen. Los signos incluyen articulaciones hinchadas y dolorosas, fiebre, reticencia a caminar, pérdida de apetito y letargo. Esta condición puede ser fatal en casos severos. Un diagnóstico veterinario rápido y cuidados de soporte son esenciales.
Los Borzoi son propensos a ciertas enfermedades cardíacas, incluyendo la miocardiopatía, caracterizada por un ritmo cardíaco anormalmente rápido y a veces irregular. La condición puede pasar desapercibida hasta la aparición de debilidad significativa o incluso coma. Es recomendable realizar controles cardíacos veterinarios regulares, especialmente en la edad adulta, para detectar esta patología tempranamente y mejorar la calidad de vida con un tratamiento adecuado.
Esta enfermedad afecta a los huesos largos de los cachorros Borzoi en crecimiento, causando cojera repentina, fiebre, pérdida de peso y falta de apetito. Aunque su causa exacta es incierta, se sospecha una predisposición genética combinada con estrés o ansiedad. Afortunadamente, la panostitis suele resolverse de forma natural al madurar el animal, aunque los síntomas pueden reaparecer.
Las reacciones alérgicas en Borzoi pueden ser difíciles de diagnosticar debido a múltiples posibles desencadenantes. Los perros pueden sufrir irritación cutánea, picor y malestar. Los veterinarios españoles suelen realizar pruebas para identificar los alérgenos y proporcionar tratamientos para aliviar los síntomas mientras se desarrolla un plan de manejo.
Los Borzoi pueden padecer problemas de tiroides que afectan su metabolismo y salud general. El diagnóstico preciso por un veterinario seguido del tratamiento adecuado permite controlar la enfermedad eficazmente, ayudando a estos perros a mantener una buena calidad de vida.
Al llegar a la vejez, los Borzoi tienen una mayor predisposición a ciertos tipos de cáncer. La detección temprana de síntomas y los chequeos veterinarios regulares son fundamentales. Los tratamientos se enfocan en mantener el confort y la calidad de vida, adaptados a las circunstancias particulares de cada perro.
Elegir un criador de Borzoi responsable que realice pruebas de salud es esencial para obtener un cachorro sano. Los propietarios deben ofrecer atención veterinaria regular, dieta equilibrada y suficiente ejercicio para favorecer una salud duradera. Los Borzoi requieren mucha actividad física diaria, siendo una opción ideal para dueños activos que disfrutan de actividades al aire libre.
Observar signos de hinchazón gástrica y otras afecciones propias de la raza, junto con visitas rutinarias al veterinario, asegura una detección y atención rápida de cualquier problema. Estar informado y ser proactivo es la mejor manera de mantener a estos compañeros elegantes felices y saludables por muchos años.
Aunque ninguna raza de perro está completamente libre de trastornos de salud, el Borzoi destaca por tener relativamente pocos problemas hereditarios entre las razas grandes. Con una vida larga, que a menudo supera los 12 años, recompensan a sus dueños con una compañía elegante, leal y tranquila. Proporcionar los cuidados adecuados, ejercicio y atención veterinaria es clave para garantizar un Borzoi feliz y saludable.