Weimaraner, el fantasma gris

El Weimaraner o Braco de Weimar es una raza muy singular que gusta bastante debido a su elegancia, el color de su pelaje y la emoción que transmite el color claro de sus ojos. Es un perro robusto y grande; de hecho, puede llegar a medir hasta 70 cm de altura y pesar hasta 35 kilogramos. Pero ello no debe confundirnos, pues al igual que otras razas grandes, como el galgo español, es un perro muy familiar y cariñoso que se adapta a la perfección a la vida tranquila de un hogar, siempre y cuando disfrute de largos paseos diarios.

El origen de esta raza es todavía un misterio. Varias son las teorías aunque la más respaldada es la que data los primeros ejemplares a finales del siglo XVIII, cuando en Weimar (Alemania), el gran duque Karl August, se topó con estos canes en una finca de Bohemia y se quedó prendado de sus cualidades para la caza. El mismo iniciaría el desarrollo de la raza, primero para su disfrute en sus propias cacerías, pero con el tiempo, llegó a involucrarse tanto que dictó la normativa para cazar con ellos o para su tenencia. Era tan elitista, que los Weimaraners solo se podían adquirir entre la nobleza y solo se les podía utilizar para la caza (no como mascotas). Por ese motivo, el publico llano alemán, no conoció la raza hasta bien llegado el siglo XX.

Respecto a la descendencia del Weimaraner se cree que provienen del perro de San Huberto, otro gran sabueso, aunque los hay que también opinan que es fruto de un cruce entre el perro de San Huberto y Bloodhounds con Pointiers blancos. No obstante, hay investigadores que han localizado perros muy similares a este en esculturas, tapices y cuadros de distintas épocas. Los documentos más antiguos están fechados en el siglo XII.

¿Qué cuidados requiere?

Como tiene un pelaje corto, las únicas tareas necesarias son cepillarlo un par de veces por semana para retirar el pelo muerto y limpiarle las orejas a menudo para evitar posibles infecciones. Cada seis u ochos semanas habrá que bañarlo, más a menudo en verano o si se ensucia en el juego.

Además de todo ello, es obligatorio que demos largos paseos con él, pues es un perro muy activo y necesita salir para quemar energía y mantenerse equilibrado. Dos o tres paseos diarios, uno de ellos bastante largo y con mucho ejercicio, bastarán para que nuestro amigo se canse y se mantenga emocionalmente estable.

¿Y qué tal su carácter?

Respecto a su carácter, es un perro muy activo, equilibrado, valiente, obediente pero también testarudo por lo que necesitará adiestramiento para aprender a respetar a todos los miembros de la familia. El trato deberá ser enérgico pero amable, porque los Weimaraners son muy sensibles emocionalmente.

El trato con los niños suele ser muy bueno aunque conviene enseñar a los peques a respetar su espacio. Lo que no es muy conveniente es el contacto con niños muy pequeños para evitar empujones inconscientes, porque el Weimi es un perro grande y espontáneo, y muchas veces no "mide" su fuerza. Lo mismo ocurriría con otras mascotas pequeñas y de libre acceso en casa ya que podrían correr el riesgo de ser empujadas o pisadas, o de que despertasen su instinto jugueton, o lo que es peor, su instinto (marcado) de caza con fatales consecuencias.

Otra de las características de su carácter es la lealtad ciega hacia su manada humana. Este gran vínculo puede derivar en situaciones no deseadas como por ejemplo ansiedad por separación. Lo conveniente es empezar a dejar solo al cachorro desde el principio, por espacios de tiempo controlados, para que vaya normalizando estados de soledad de forma positiva.

 

Todo sobre el Weimaraner

Quiero un Weimaraner ¿Qué necesito saber?

Fotos                
   
Comunidad 

Foro

 

 

 

 

 

 

Quiero un cachorro de Weimaraner - Camadas disponibles

 

 

Criadores de Weimaraner

 

 

 

 

¿Qué hay de la leyenda del fantasma gris?

Hace mucho tiempo, un príncipe alemán recibió un regalo del mejor orfebre del reino, una talla de plata de un perro de caza. El orfebre le dijo al príncipe que cada noche, cuando nadie lo viera, la estatua cobraría vida y como un perro fantasma, vigilaría sus tierras. Pero una noche, la hechicera real vio la transformación de la escultura y, mediante un embrujo, le dio vida, convirtiéndola en el perro plateado que todos conocemos hoy.

Otra leyenda menos esotérica es la que cuenta que durante la Segunda Gerra Mundial, los soldados americanos empezaron a llamarlos fantasmas plateados o fantasmas grises cuando los veían pasar tan altivos y elegantes entre los brumosos campos alemanes.

Nuestra preferida no es una leyenda si no esta cita de Lovaina Harper, experta en la raza y autora de varios libros: 

"Un espectro gris en medio de una pradera cubierta por la bruma. Con la pata delantera levantada: una ilusión óptica de plata líquida que se diluye en la niebla. Dos ojos dorados rasgan la calima. ¿Una visión, una obra de arte o un antiguo cánido?"