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Hacer criar al hámster
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Hacer criar al hámster

Hasta que se domesticó a los hámsters por primera vez en 1930, se pensaba que, de todos los animales, las ratas y ratones tenían el período de gestación más corto, 21 días. Pero el hámster hembra rompe ese récord fácilmente con su período de gestación de 16 días. Puede tener su primera camada a las ocho semanas de edad y a partir de ahí, si no se la controla de alguna manera, puede tener una camada por mes durante el resto del año, con un promedio de siete cachorros cada vez. Durante el mismo año, sus hijos, nietos, bisnietos, etc., estarán a su vez procreando.

Recuerda esto si decides dedicarte a la crianza de hámsters. Saca la cuenta de las jaulas que tendrás que comprar, del material para nidos y lechos, del alimento. La crianza de hámsters no es una actividad a la que pueda un dedicarse sin habérselo pensado bien. De modo que a menos que estés preparado, que quieras hacerlo, y que te sientas capaz de enfrentarte a un gran trabajo, será mejor que mantengas las hembras separadas de los machos.

Aunque el hámster medio está preparado para criar a las ocho semanas de edad, es preferible esperar que la hembra tenga unos tres meses de edad para aparearla para primera vez. Entonces estará más preparada para soportar el esfuerzo de la preñez y de la alimentación y cuidado de sus cachorros.

En su estado natural, los hámsters tienen una temporada de apareamientos definida, pero en el medio no natural en que se les mantiene, no existe una temporada. Aunque se reproducen durante todo el año, la mayoría de las camadas nacen ente mayo y noviembre; en estado natural los hámsters están en estado de hibernación durante los meses de invierno y las primeras semanas de la primavera.

El período de celo de la hembra (período de actividad sexual) se repite cada pocos días, pero ella sólo puede ser fecundada durante la noche del primer día del ciclo. Como es difícil para el principiante determinar ese día con precisión, lo más simple es dejar la hembra en la jaula del macho durante un período máximo de una semana. Sin embargo, esto no es tan fácil como parece. Muchas hembras pelearán violentamente con el macho. Es necesario hacer una cuidadosa presentación.

Nunca, por ningún motivo, deberás meter al macho dentro de la jaula de la hembra. Para ella, la jaula es su hogar y atacará de inmediato a su defensa. Cuando hayas determinado la pareja con la que vas a criar –tiene que provenir de familias diferentes, no pueden ser hermano y hermana– mete el macho dentro de la jaula de la hembra y la hembra dentro de la jaula del macho, pero separadamente, nunca juntos ni siquiera por un momento, hasta que cada uno se acostumbre al olor del otro.

Después, vuelve a poner a cada uno en su jaula, pero instala las jaulas lado a lado de modo que ambos puedan conocerse a través de los barrotes.

Sólo ahora, si parecen compatibles, podrás meter la hembra en la jaula del macho, y al hacerlo es recomendable ponerse guantes. Éste es el momento en que puede producirse una pelea, y en ese caso tendrás que estar preparado para separarlos. Si la hembra no está en celo, la pelea se producirá casi con toda seguridad. Sólo se mostrará cariñosa cuando esté preparada para aparearse.

Se la hembra está preparada, probablemente se pondrá rígida, con el rabo levantado y la cabeza gacha. Ambos empezarán a correr por la jaula con detenciones ocasionales durante las cuales se olfatearán mutuamente los órganos genitales. Cuando la hembra finalmente decida que el macho es aceptable, se agachará y esperará sus atenciones.

Si se produce una pelea, vuelve a poner la hembra en su jaula e inténtalo al día siguiente. Algunos criadores dicen que una hembra joven encuentra más compatible a un macho mayor.

La presentación mutua de la pareja debería hacerse por la noche. Siendo animales nocturnos, los hámsters prefieren aparearse durante la noche. Las experiencias de laboratorio demuestran que la mayor parte de los apareamientos se producen en las primeras horas nocturnas. Como regla general, los apareamientos también se pueden producir durante la quietud de una tarde tranquila, aunque no hay garantías.

Si durante el primer encuentro no se produce apareamiento, pero ambos se aceptan pacíficamente, puedes dejarlos juntos en la misma jaula hasta que estés seguro de que se han apareado. No los dejes juntos más de una semana. Al final de la semana, si no estás seguro, vuelve a poner la hembra en su jaula de todos modos, y obsérvala para ver si da muestras de estar preñada. Cuatro días después de la separación, pon al macho frente a la jaula de ella. Si la hembra se muestra agresiva, es casi seguro que está preñada; si en cambio se muestra cariñosa, aún no ha sido fecundada.

Antes de devolver la hembra a su jaula hay que poner en ella una caja para el nido. Esta caja debería tener unos quince por quince centímetros y estar provista de una pequeña abertura que apenas permita el paso de la hembra preñada. Hay que proporcionarla paja o heno para que haga el nido, pero este material ha de dejarse en la jaula y no dentro de la caja para el nido. La hembra querrá hacer su propio nido. Ni siquiera deberás mirar dentro de la caja del nido hasta nueve días después de haber nacido la camada.

Durante toda la preñez, hay que dejar a la hembra sola tanto como sea posible. Reduce la limpieza de la jaula al mínimo. Añade más verduras y, desde luego, dale toda el agua que quiera beber. Esta dieta especial tiene que continuar hasta que haya destetado a los cachorros.

El parto suele producirse de noche. Puedes predecir cuándo va a ocurrir si sabes el momento exacto de la fecundación. El parto se producirá exactamente 16 días más tarde, hora más, hora menos. Los hámsters recién nacidos (que tú probablemente no verás porque estarán en el nido y es desaconsejable mirarlos) tienen unos 2,5 cm de longitud y pesan menos de 3,5 gramos. Puede haber desde uno hasta una docena, a veces incluso más, pero el promedio es siete (si una hembra pare menos de siete, probablemente no será conveniente volver a usarla para criar). Los cachorrillos nacen sin pelaje y ciegos. No necesitan cuidados especiales, y han de dejarse enteramente en manos de la madre.

Atención. No se debe tocar a un cachorro por ningún motivo, excepto en una verdadera emergencia. La madre, al sentir el olor de tu mano, probablemente mataría al cachorro. Durante los nueve primeros días después del parto, hay que dejar a la familia completamente sola, excepto para poner alimento en la jaula o pasa sacar un animal muerto. Después de ese tiempo podrá reanudarse la rutina de la limpieza.

Aunque los cachorros nacen ciegos, sus dientes ya están formados, y sus cuerpos se desarrollan rápidamente. A los tres días empieza a crecerles el pelaje, y al quinto día sus orejas se abren. A los ocho días, aunque sus ojos aún están cerrados, saldrán del nido y comenzarán a moverse por la jaula, a ir al rincón de aseo y a comer el alimento sólido que la madre les ofrecerá. Asegúrate de aumentar las raciones diarias cuando empiecen a comer.

La madre, si acepta a sus cachorros, los cuidará perfectamente hasta que tengan dos semanas de edad. No te sorprendas si te parece que la madre “traga” a los pequeños: los está escondiendo de algún aparente peligro. No obstante, el criador principalmente debería saber que algunas madres de hámsters son caníbales y que devorarán a sus crías, incluso a las que mueren por desnutrición. Esto parece suceder con más frecuencia en las primeras camadas. No puede atribuirse a ningún factor determinado. Puede ser causado por ruidos inusuales, por personas o voces desconocidas, por un habitáculo poco adecuado o por condiciones poco higiénicas. Si una hembra destruye a sus primeras camadas, no es conveniente aparearla nuevamente.

A veces las hembras mueren en el parto. Esto es debido a una malformación de la pelvis común en las hembras débiles. Sólo debería aparearse a los animales bien desarrollados y vigorosos.

Cuando las crías tienen dos semanas, están ya cubiertas de una espesa capa de pelaje y su peso es tres veces mayor que el que tenían al nacer. Los hámsters no abren los ojos hasta que tienen dos semanas. Al final de la tercera semana, deberían ser destetados. A esta edad ya se parecen a sus padres y han de ser tratados como adultos.

Al cumplir cinco semanas de edad hay que separarlos por sexo para evitar que se apareen prematuramente, pero los de cada sexo pueden seguir en jaulas comunitarias hasta que empiecen a pelear entre sí.

El sexo de los hámsters

Sujeta al animal de espaldas sobre la palma de tu mano. El pene del macho está a una distancia de 8 mm a 12 mm del ano. La vulva de la hembra está más cerca del ano y en una zona sin pelaje, excepto por unos pocos pelos grisáceos. También ayuda el contorno general del cuerpo. El macho presenta un trasero de forma cónica, alargada, mientras que el de la hembra es más redondeado.

Si deseas conocer a fondo todo lo necesario para cuidar bien un hamster, te recomendamos la publicación Tu primer Hamster de la Editorial Hispano Europea:

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