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Cardiomiopatía hipertrófica felina
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Cardiomiopatía hipertrófica felina

La cardiomiopatía (o miocardiopatía) hipertrófica es una enfermedad hereditaria que suele afectar más a las hembras que a los machos; eso es, al menos, lo que indican las estadísticas. En cuanto a la edad, en la mayoría de los casos está asociado a felinos mayores y, por lo que respecta a la raza, la más propensa a padecer esta cardiomiopatía es la Persa. Pero ¿en qué consiste?

La cardiomiopatía hipertrófica es el descenso del flujo sanguíneo y, por tanto, de la frecuencia cardíaca a consecuencia del engrosamiento muscular del ventrículo izquierdo. Ello desencadena una serie de problemas que alteran no solo el ritmo cardíaco, sino que derivan en otros trastornos circulatorios como la aparición de trombos, que pueden alojarse en distintos puntos del sistema circulatorio felino y ocasionar parálisis de algún miembro.

Síntomas de la cardiomiopatía hipertrófica felina

Si notamos a nuestro gato raro, hemos de fijarnos en los siguientes síntomas:

  • apatía;
  • falta de apetito;
  • cansancio;
  • problemas para respirar;
  • el animal mantiene continuamente la boca abierta;
  • parálisis parcial o total de alguna parte de su cuerpo;
  • molestias causadas por el dolor;
  • vómitos.

Es importante que al menor indicio acudamos al veterinario de urgencia, puesto que, si no se trata a tiempo, la cardiomiopatía hipertrófica, en el peor de los casos, puede desembocar en la muerte súbita del animal.

Tratamientos disponibles para la miocardiopatía hipertrófica

Lo primero que hará el veterinario será una ecocardiopatía para diagnosticar la enfermedad, así como una radiografía del tórax, aunque esta solo es útil si la enfermedad está muy avanzada. También hará análisis de sangre y de orina y otras pruebas adicionales que estudiarán las hormonas tiroideas.

Como la enfermedad no tiene cura, los tratamientos disponibles buscan mejorar la vida del gato y que este pueda vivir con ella, siempre y cuando se cumplan las recomendaciones determinadas por el veterinario.

Entre los medicamentos más recetados están los betabloqueantes e inhibidores de la enzima convertidora de Angiotensina para favorecer la circulación de la sangre y reducir el ritmo cardíaco cuando este órgano se acelera; los diuréticos para que no se acumule líquido en el cuerpo, sobre todo en los pulmones y el espacio pleural; y ácido acetilsalicílico para minimizar el riesgo de formación de coágulos que podría resultar fatal, por cuanto paraliza zonas del cuerpo y podrían conducir a un infarto.

Por supuesto, el animal deberá llevar una vida tranquila y una dieta sana, baja en sal, para alargar su vida y prevenir posibles complicaciones.  

 

 

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