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Ansiedad generalizada en un gato
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Ansiedad generalizada en un gato

La ansiedad es un motivo frecuente de consulta en la Psiquiatría Animal y representa una importante causa de separación entre la y su dueño.
La ansiedad puede ser una respuesta normal, pero cuando está fuera de contexto y se manifiesta de manera constante y excesiva es probable que se convierta en un problema.

Los problemas más frecuentes son los trastornos obsesivo-compulsivos, ansiedad generalizada, ansiedad por separación, miedos, fobias y agresividad (Overall, 1997). La ansiedad es una reacción frente a un estímulo o situación amenazante para el animal o que aparece por sorpresa, frente a la cual el animal adopta un comportamiento de preparación y respuesta.

Existen diversos factores que predisponen a la ansiedad, como las experiencias durante el desarrollo, el aprendizaje y la falta de control y de predicción del entorno.
En los los factores más determinantes son la relación con sus congéneres, con su propietario y la presencia de otros animales, la disponibilidad de los recursos en el entorno físico, la imposibilidad para expresar los comportamientos típicos de la especie, y las expectativas del gato frente a su medio ambiente.

Heidenberger (1997) examinó la relación entre los problemas de comportamiento y los diferentes elementos de manejo, y descubrió que un 54% de los gatos mostraban problemas que a sus propietarios les gustaría cambiar y en un 16,7% aparecían síntomas de ansiedad.
En cualquier caso, es necesario realizar un buen examen médico para diagnosticar y tratar cualquier alteración médica que pueda contribuir al problema (Beata et al., 2006).
La ansiedad puede llegar a ser generalizada cuando se hace persistente.

SITUACIONES MÁS FRECUENTES QUE CAUSAN ANSIEDAD GENERALIZADA EN LOS GATOS

  • Aquellos gatos que tienen pocas posibilidades de ser atendidos por sus propietarios, o los animales que son excesivamente atendidos y con una constante compañía de seres humanos.
  • La falta de ejercicio o aquellas situaciones en que la carencia de fuentes de actividad alternativa, juego y contacto con otros gatos o con miembros de la familia, puedan originar frustración.
  • Los ambientes empobrecidos o con insuficiente estimulación ambiental.
  • Cuándo se producen cambios importantes en el entorno como una mudanza o miembros del grupo familiar, que pueden ocasionar un conflicto que cause estrés.
  • Estrés asociado con problemas de socialización con otros gatos residentes o visitantes ocasionales.

Un motivo muy importante de consulta resulta de la incorrecta o deficiente relación afectiva con sus propietarios. Los gatos prefieren una rutina de interacción consistente y predecible, que les ayude a tener sensación de control sobre su entorno y así reducir su ansiedad.
Los gatos desean y hasta necesitan mantener contacto con sus dueños, aunque muchas veces aquello que quieren difiere de lo que en realidad reciben. Normalmente prefieren los contactos breves pero frecuentes, en forma de caricias o cuando sus propietarios les hablan. Muchos también disfrutan con los juegos interactivos en que intervienen sus dueños.

Anualmente muchos son sacrificados o abandonados en refugios siendo la principal causa los problemas de comportamiento. En un estudio realizado por Case (2003) se determinó que el 18% de los propietarios que acudían con su gato a consulta en clínicas de comportamiento animal habían considerado la eutanasia como una solución a su problema. Sin embargo, después de la consulta y el tratamiento menos del 1% de los dueños decidieron sacrificar a su gato.
Estos resultados indican que muchos de los problemas de comportamiento de los gatos pueden ser tratados exitosamente.

Aproximadamente un 47% de los gatos domésticos presentan problemas de comportamiento, los cuales causan un daño irreparable en el vínculo entre el gato y el ser humano (Seksel y Lindeman, 1998).
La ansiedad parece ser la causa común en todos los desordenes de conducta, la cual es debida a los conflictos que se plantean con el medio ambiente. En los casos de ansiedad generalizada los animales presentan conductas neuróticas en las que aparecen como síntomas más frecuentes:

1. Tensión motora con temblores, inquietud y sobresaltos.

2. Hiperactividad autonómica con palpitaciones, disnea, y eliminaciones.

3. Expectación aprensiva con vocalización, inquietud, temores, vivencias de amenaza (intentos de escapar) e inseguridad.

4. Vigilancia y alerta con falta de atención, nerviosismo, irritabilidad, agresividad, hipervigilancia e insomnio.

La ansiedad manifestada con respuestas de eliminación inapropiada puede tener su origen con la ubicación, el acceso o el modelo de bandeja o cajón de las deposiciones utilizado. Igualmente, con el tipo de utilizada o con las rutinas de limpieza.

La vocalización excesiva en gatos corresponde frecuentemente a una respuesta a altos niveles de ansiedad. Es importante señalar que los problemas de vocalización excesiva pueden reflejar que el animal no tiene cubierta alguna de sus necesidades, coincida ésta o no con el momento en que aparecen las vocalizaciones, ya que muy fácilmente estas conductas podrían también derivarse de problemas con las (Beata et al., 2006).

El miedo es una respuesta a un estímulo que cuando se manifiesta de forma anormal frecuentemente está relacionado a la ansiedad. Según Beaver (1992) los gatos que no han tenido la posibilidad de ser bien socializados hacia los humanos frecuentemente sienten miedo por lo que o esconderse ante extraños y si se produce algún acercamiento que no pueden evadir son capaces de reaccionar de forma agresiva. La ansiedad también juega un papel importante en el desarrollo y la expresión de la agresión en los gatos domésticos. La agresión hacia los propietarios pueden ser causada por la ansiedad aparente sobre el próximo movimiento de sus propietarios (Reisner, 2005).

Landsberg et al., 1998 sostienen que algunos problemas que suponen una conducta destructiva pueden tener etiologías subyacentes más graves y más complejas como la ansiedad. En los gatos se manifiesta con arañamiento a objetos, lo que se convierte en un problema para el dueño cuando son destruidos las paredes, los muebles y la moqueta. Estos comportamientos destructivos pueden corresponder a una conducta de evasión resultante a una situación que les causa ansiedad.

Si deseas conocer un caso clínico de ansiedad generalizada en un gato, te recomendamos la publicación completa de M.IBÁÑEZ TALEGÓN, B.ANZOLA DELGADO Y C.VALVERDE DEL VALLE de la :

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