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Los ladridos del perro
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Los ladridos del perro

Los ladridos están considerados como una molestia y muchas veces son motivo de abandono o reprimendas, pero ¿acaso no pueden también los perros expresar su descontento, angustia o miedo?

Para comprender bien el asunto de los ladridos e intentar solucionar comportamientos extremos es importante conocer de qué manera se desarrollan los sistemas de comunicación en el perro. Conocer el lenguaje oral canino nos ayudará a entender y a relacionarnos mejor con nuestros fieles compañeros.

El lenguaje de los perros

Al igual que los humanos, los perros utilizan varios medios de expresión para comunicarse con sus congéneres y por extensión, también con nosotros. Los principales canales de comunicación que utilizan son el olfativo, el visual y el vocal.

El canal olfativo

El olfato es el sentido que los perros tienen más desarrollado, pueden detectar gran variedad de olores y distinguirlos, incluso olores que nosotros ni notamos.
Los perros utilizan su olor para identificarse ante los otros perros, es como una carta de presentación en la que queda constancia de su rango social, su estado de receptividad genital, la raza...

El canal visual

La agudeza visual de los perros es inferior a la de los humanos y aunque para reconocer a alguien no les baste sólo con la vista, utilizan este sentido para descodificar diferentes gestos y posturas. Las expresiones faciales asociadas a las posturas corporales indican a un perro el estado emocional y el rango social de otro perro. Por ejemplo, en los perros dominantes, el porte levantado de las orejas y la apariencia tranquila del resto de la cara traducen su posición elevada en la jerarquía de los perros.

El canal vocal

Los perros utilizan diferentes series de sonidos para expresar sus estados emocionales, ya desde cachorros empiezan emitiendo ruidos para pedir ayuda a la madre o para conseguir comida. De mayores, este tipo de comunicación se va perdiendo, sólo los perros sabuesos tienen un variado repertorio de “voces” que permiten a los cazadores seguir sus pasos.

De todas las formas de comunicación, el ladrido es la más sonora y también la más comprensible a escala humana, ya que es comparable a nuestro lenguaje oral. Aunque, además del ladrido, los perros también intentan comunicarse a través de gruñidos, gemidos, gritos, bufidos, aullidos y algunos perros, raramente, a través de jadeos y suspiros.

  • El ladrido

El ladrido es la manera que tienen los perros de expresar su amplio repertorio de emociones. Se suele pensar que los perros que ladran son agresivos pero, como veremos, ladrar no es sinónimo de agresividad. Cuando un perro ladra es por algún motivo, el ladrido es una manera de llamar la atención, de avisar, ya sea para indicar que hay algún extraño cerca como para expresar la voluntad de jugar, comer, beber...

Hay algunas razas más propensas a los ladridos que otras, las más ladradoras son los perros de jauría (beagles, bassets, bloodhounds...) y los terriers. Entre las más silenciosas se encuentran las razas más primitivas (las más cercanas al lobo) como el Husky Siberiano, el Alaskan Malamute, el Akita o el Chow Chow.

Para comprender lo que significa el ladrido de nuestro perro hay que tener en cuenta una serie de factores: las circunstancias y el contexto en que vive el perro, la frecuencia y el tono de los ladridos y la postura corporal del animal.

Según estas variables podemos identificar diferentes tipos de ladridos:

Ladrido territorial: Es un ladrido fuerte y repetitivo, que se irá volviendo más grave a medida que el intruso se acerque.

Ladrido de aviso: Es un ladrido grave y espaciado que sirve para llamar la atención sobre un posible peligro.

Ladrido por miedo: Cuando el perro tiene miedo suele ladrar retirándose hacia atrás, con un ladrido corto y agudo, procurando que lo que representa una amenaza no se le acerque.

Ladrido por ganas de jugar: Cuando un perro quiere jugar estira las patas delanteras, manteniendo levantados sus cuartos traseros y ladrando de forma repetitiva y aguda.

Ladrido para llamar la atención: Para conseguir algo, un perro puede ladrar de forma insistente y repetitiva en un tono agudo.

Ladrido de frustración: Cuando un perro se queda solo y sufre ansiedad, ladra de manera compulsiva, a un volumen muy elevado y de forma muy nerviosa.

Ladrido neurótico: Es un ladrido rítmico y constante, siempre en el mismo tono, que es propio de perros que padecen algún tipo de neurosis o de trastorno compulsivo.

  • El gruñido

Un perro gruñe cuando se siente amenazado o cuando quiere amenazar. El gruñido es un sonido ronco y sostenido y, en función de si el perro enseña los dientes o no, la amenaza será más o menos contundente.

  • El gemido

El gemido de un perro puede significar tanto tristeza como alegría:

- Dolor: Sonido largo y lastimero.
- Alegría: Sonido corto y continuo, acompañado de mucho movimiento.

  • El grito

El grito es la señal de pánico que un perro puede emitir cuando se encuentra en una situación límite, por ejemplo, cuando llega a temer por su vida. Los cachorros también utilizan el grito para mostrar su sumisión ante un perro dominante.

  • El bufido

Los perros suelen bufar en momentos de estrés, siempre acompañándolo de un ladrido o de un gruñido.

  • El aullido

El aullido no es una forma de expresión muy característica del perro pero hay casos en los que un perro puede llegar a aullar: en momentos de soledad, al escuchar el sonido de una sirena o al escuchar el aullido de otros perros. Su significado es una llamada a la unión y es un comportamiento heredado de sus ancestros los lobos.

¿Qué hacer si mi perro es demasiado ruidoso?

Como hemos visto, ladrar es una de las maneras que tienen los perros para comunicarse pero a veces, cuando es excesiva, puede volverse molesta, llegando a ser insoportable, tanto para los vecinos como para los propios dueños.

Tenemos que aprender a escuchar los ladridos de nuestro perro, intentar interpretar lo que significan y actuar en consecuencia. Es importante comprender los motivos por los cuales ladra y, si es necesario, eliminar o tratar dicha conducta.

Mi perro ladra cuando se queda solo en casa

Uno de los principales problemas surge al dejar al perro solo en casa. Hay perros que cuando se quedan solos sufren de ansiedad y ladran de manera compulsiva, nerviosa y a un volumen muy elevado. En estos casos, es necesario que enseñemos a nuestro ruidoso compañero a permanecer solo en casa o, de lo contrario, la situación se convertirá en insostenible, especialmente para los vecinos.

Es recomendable empezar a dejarlo solo durante cortos espacios de tiempo. Las primeras veces simplemente podemos salir de casa y esperar detrás de la puerta hasta que el perro empiece a ladrar. Cuando esto ocurra, nos esperamos unos minutos y entramos gritando enérgicamente “¡No, no, no!”.

Debemos repetir este ejercicio varias veces ampliando el tiempo de separación hasta conseguir que el perro se quede tranquilo cuando no estamos. El animal debe asociar que los ladridos sólo consiguen que nos enfademos.

Es muy importante reforzar el buen comportamiento de nuestro perro, ya sea felicitándolo o premiándolo con una alguna chuchería.

Mi perro ladra cuando viaja en coche

Sacar al perro de paseo puede convertirse en toda una odisea. Para algunos perros, y dueños,  el viajar en coche se ha convertido en un verdadero problema.

Un perro puede pasarse el viaje ladrando por varios motivos:

  • Por excitación: Si el perro sabe el destino de nuestro viaje (el parque) puede que esté tan excitado y contento que no se pueda controlar. En algunas ocasiones, este comportamiento puede trasladarse a otras situaciones cotidianas y hacer que, cada vez que el perro esté excitado, se ponga a ladrar para aliviar estrés.
  • Por aprensión: Al subir al coche, un perro puede sentirse inseguro y ante la imposibilidad de salir corriendo frente la amenaza que significa el coche, adopta una posición defensiva y por lo tanto, ladradora.
  • Por nerviosismo: Los perros que por lo general son muy nerviosos y fácilmente alterables, encuentran en el coche un sinfín de estímulos y el ladrido es la manera que tienen de desahogarse.
  • Por frustración: Cuando el perro sube al coche y a través de las ventanas ve parques y otros perros y no puede aún disfrutar de ello, puede que empiece a ladrar “pidiendo” al dueño que se de prisa en llegar.

Lo que podemos hacer para que nuestro perro no ladre cada vez que viaja en coche es lo siguiente:

- Reducir el ritmo de la actividad para que el perro no se excite demasiado. Tenemos que intentar que se relaje y no proporcionarle ejercicios demasiado energéticos.

- Realizar viajes en coche con otros destinos menos estimulantes para que el perro deje de relacionar el ir en coche con diversión.

- Utilizar juguetes rellenos de comida para que el perro se entretenga con lo que hay dentro del coche y no con lo que hay fuera.

Es importante que intentemos reducir los estímulos que recibe el perro y que olvide las experiencias anteriores en las que encontraba, en el ladrar, una acción relajante. Necesitamos que el perro adopte un nuevo comportamiento y, para ello, es necesario que tengamos mucha paciencia y repitamos estos ejercicios varias veces.

Aunque cueste, tenemos que recordar que gritar al perro no sirve de nada, eso sólo hará que nos desahoguemos por un instante pero no solucionará el problema, es más, irritará aún más a nuestro perro.

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