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¿Por qué come menos mi perro en verano?
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¿Por qué come menos mi perro en verano?

Una pregunta muy habitual entre los que dan sus primeros pasos en esto de vivir con un perro: ¿qué pasa en verano? ¿Por qué come menos mi mascota? Efectivamente, esa es la sensación que todos hemos tenido. Pero conviene matizar algunas cuestiones, quizá echar por tierra algún mito y ya de paso, aprovechar la ocasión para poner en forma al animal. Vayamos por partes:

¿Por qué comen menos en verano?

Los principales motivos por los que el perro, motu proprio, reduce el volumen habitual de sus ingestas, en realidad se limitan al efecto del calor en sus rutinas. Y es que al igual que nosotros en verdad, a más calor, menos ganas de moverse: durante gran parte del día, lejos de corretear detrás de pájaros, palos o pelotas, nuestra mascota prefiere tumbarse en algún sitio a la fresca, y a ser posible al amparo de la sombra. De hecho, durante los periodos de mayores temperaturas sus organismos requieren de un menor aporte calórico para mantener su temperatura corporal. Según los estudios, la cantidad necesaria en invierno es un 30% superior a la que requieren en periodos cálidos.

Por ello, es frecuente ver que el cuenco de comida que normalmente devora durante el resto del año, en verano lo deja a medias.

¿Necesitan comer menos?

En realidad no. Un perro puede (y de hecho, debería) seguir consumiendo más o menos su ración diaria. El problema somos nosotros, que en verano cambiamos nuestras rutinas alimenticias porque nos apetecen comidas más frescas, y sin embargo pretendemos que nuestra mascota mantenga sus hábitos inalterados sin caer en la cuenta de que a las tres de la tarde, y con un sol de justicia, quizá comparta las mismas pocas ganas que nosotros de atizarse una comida copiosa. El truco, por tanto, reside no en cambiar su comida, sino el horario en que se la sirvamos. Buscar las horas más frescas del día para su alimentación puede significar una mayor predisposición por parte del perro a comérselo todo.

Sea como sea, es importante que nuestras mascotas dispongan siempre, especialmente en verano, de agua fresca para no sufrir deshidratación. Máxime en el caso de cachorros, perros especialmente activos, o ancianos.

Consejo: ¿y aprovechar para perder peso?

La clave de todo ello es la menor necesidad de calorías, lo que abre la puerta a que nos planteemos poner en forma a nuestra mascota, en el caso de que necesite perder unos quilitos. Por supuesto, toca contar con la aprobación de un veterinario: con su ayuda, podemos optar por los días de verano para cambiar (o combinar) su rutina alimenticia y apostar por un pienso como el que propone Affinity. Su gama de alimento Light le suministra un alto contenido en proteínas (30%) en oposición a un nivel de grasas (11%) muy reducido. La inclusión de L-carnitina favorece además el metabolismo de las grasas y el mantenimiento de la masa muscular... ¡para ayudarle con la operación bikini!

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