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¿Los perros pueden comer huesos?
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¿Los perros pueden comer huesos?

Antes que nada, hemos de decir que en este asunto existe disparidad de opiniones. Por un lado, hay expertos que afirman que los huesos son muy perjudiciales para la salud de los cánidos; pero también hay otros especialistas que apuntan que, si son crudos y contienen también restos de carne, sí son buenos. Veamos esto más detenidamente.

Aquellos que opinan que no es bueno darle huesos a un perro, ya sean cocidos o crudos, arguyen que estos desgastan el esmalte dental y originan rotura de dientes que pueden resultar molestas para el animal. No nos olvidemos de que el hueso es duro y que el hecho de que el perro lo muerda puede resultar perjudicial para su dentadura. Los especialistas que abogan por darle huesos crudos apuntan que, si bien en el caso de los huesos cocidos ello es así, si se le da uno crudo este problema no se produce.

Huesos cocidos, riesgo de astillamiento

Otro asunto en el que tampoco hay unanimidad atañe al hecho de que el hueso produzca heridas tanto en el interior de la boca (lengua, encías, dientes) como en el estómago y esófago, puesto que existe el riesgo de que el hueso se astille, lo que es sumamente peligroso. Los defensores alegan que ello es posible si el hueso está cocido, por cuanto está blando y tiende a astillarse. Según estos profesionales, si está crudo, no tendría que astillarse.

Por último, los casos más graves, afirman los expertos que recomiendan no darles huesos a los perros, pueden ocasionar molestias tan severas como perforación en el estómago, oclusión, problemas intestinales, que pueden traducirse en diarrea sanguinolenta y estreñimiento, e incluso la muerte del animal. Según aquellos que apuestan por los huesos crudos, estos síntomas se producen si el hueso está cocido, puesto que, al tragar, ya sea entero o troceado, existe el peligro de que ocurran estos problemas.  Por tanto, insisten que con un hueso duro es menos probable que ello suceda.

En función de todo lo anterior, al final debe ser el dueño el que valore si quiere probar a darle hueso a su perro o no. Eso sí, si optamos por darle alguno crudo de vez en cuando, hemos de tener presente que el cánido nunca debe estar solo cuando se lo esté comiendo. La supervisión es vital para reducir el riesgo de que se produzca una situación que sea perjudicial para el animal.

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