Se trata de un espectáculo especial, mágico, que, debido a la actuación antrópica y el cambio medioambiental, puede dejar de producirse en los próximos años si no ponemos remedio, lo que afectará a la evolución y reproducción de esta especie de insecto chupóptero.
Las cifras son claras al respecto: el año pasado un 86 % menos de mariposas monarcas migraron al sur para pasar los meses del gélido invierno en las costas de California. Y este año el número ha vuelto a descender un 15 % con respecto al volumen de insectos que voló en 2018. Como vemos, todo ello denota un problema que puede tornarse en algo serio que afecte no solo a la población de mariposas, sino a otras especies. Para darnos cuenta de la gravedad de la situación basta con pensar que en las golondrinas, los pájaros que emigran al sur para evitar el frío invernal. Si la migración de estas aves descendiera de manera importante estaríamos ante un problema mundial serio, ya que evidenciaría que el calentamiento global, entre otras cosas, es más dramático de lo que pensamos. La drástica disminución de mariposas monarca que migran en busca de un clima más cálido durante el invierno pone sobre la mesa este problema y es un indicativo más que claro de que el cambio climático es un asunto que afecta a todos.
Los dos principales motivos por los que este chupóptero ha dejado de migrar son:
Por tanto, el hecho de que las migraciones de estos insectos hayan descendido evidencia que el problema medioambiental es muy serio y que dentro de poco seremos nosotros los que suframos directamente las consecuencias.