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La alimentación de la carolina
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La alimentación de la carolina

Las carolinas subsisten con una dieta totalmente espartana y a menudo se ven obligadas  a seguirla en su hábitat natural. Sin embargo, incluso una dieta básica ha de ser equilibrada y contener todos los ingredientes esenciales. Al igual que ocurre con muchos pájaros australianos, las carolinas son estacionales por lo que se refiere a su alimentación y ello en el sentido de que su dieta varía de acuerdo con la época del año y el lugar en que se encuentran.

La dieta de la carolina silvestre no puede ser reproducida en cautividad. Debe ofrecérsele una amplia variedad de semillas y plantas que se asemejen lo más posible a lo que encontraría en el ámbito silvestre.

Procede recordar que se trata de pájaros nómadas. En cautividad, el objeto es estimular la situación natural de modo que durante la época que no es de cría los pájaros reciban alimentos que produzcan energía pero no se traduzcan en exceso de peso y en la de cría  más comida proteínica para que resulte posible un crecimiento vigoroso de los polluelos. Evidentemente no podemos proporcionar a nuestros pájaros las mismas semillas y plantas que encontrarían en Australia, pero si facilitarles las alternativas que cuenten con iguales ingredientes básicos. Antes, sin embargo, de proceder a considerar la comida requerida, examinemos aspectos más generales y los diversos alimentos disponibles.

Calidad de los alimentos

Es importante que a los pájaros sólo les ofrezcamos semillas y verduras de buena calidad. Las semillas deben ser limpias y libres de  polvo o cualquier indicio de contaminación. También, es necesario que sea sana y no contenga únicamente cáscaras  y escasa cantidad de grano. Se prefiere un proveedor que venda mucho  ya que estará recibiendo nuevos envíos de forma continuada. Extremo importante a recordar es que no compensa tratar de pagar lo menos  posible en la adquisición de alimentos, ya que nuestros pájaros reflejarán de modo directo la calidad del menú. Por tanto, a  partir del instante en que estemos convencidos de que nuestro proveedor sólo vende semillas de calidad superior, acudamos siempre a él para efectuar las compras. No cambiemos simplemente por conseguir un pequeño ahorro en otro punto.

Verificación de las semillas

Si adquirimos semillas a granel para atender las necesidades de un cierto número de pájaros, el someter a verificación periódica la calidad de las mismas constituye una labor sencilla. Tomemos de 50 a 100 semillas y sumerjámoslas en agua tibia durante 24 horas. Procedamos después a lavarlas y a depositarlas en bandejas previamente recubiertas con papel secante o un material similar e instalémoslas en un armario oscuro a temperatura constante.  Transcurridas otras 24 horas deberán comenzar a germinar. Contemos el número de brotes y comparémoslo con el conseguido con semillas de otra procedencia que hayan sido verificadas bajo las mismas condiciones. Cabe añadir que la semilla  germinada posee un valor nutritivo superior al de la seca y a menudo es suministrada a las parejas de cría y a los jóvenes polluelos.

Verduras

Debido a que nunca se puede estar seguro de si las verduras (ya sean silvestres o cultivadas) han sido rociadas con un insecticida químico, siempre será necesario lavarlas profusamente antes de ofrecerlas a nuestros pájaros. Las plantas silvestres no deben ser cogidas en puntos en los que sea posible que hayan sufrido una exposición a gases del escape de los automóviles o a excrementos de perro. Un pequeño espacio de nuestro patio o jardín puede ser destinado al cultivo de diversas plantas silvestres pero aun en este caso será preciso  que las lavemos a fondo. El mejor momento para suministrar verduras a nuestros pájaros es al principio de la mañana o al final del día  en que la intensidad de los rayos solares ya decae, siendo preferible hacerlo en un espacio sombreado. Cualquier cantidad de verduras que no haya sido consumida deberá ser desechada al final del día ya que se estropean con rapidez.  Aspecto a tener en cuenta asimismo es que nunca deberemos suministrar  a nuestros pájaros las hojas externas amarillentas de cualquier planta y tratándose de fruta sólo la de buena calidad y que además esté madura.

Preferencia hacia determinadas semillas

Aun cuando la mayoría de carolinas comen una semilla dada, tal hecho no significa que todas ellas vayan a comer la misma. Los hábitos alimenticios se adquieren a una edad relativamente joven y ello da lugar a que los pájaros con frecuencia se muestren reacios a probar semillas distintas a las que comen habitualmente. Por este motivo, si tenemos varios pájaros, vale la pena determinar de modo exacto cuales son las que prefieren. Tras ello nos será posible darles de comer de acuerdo con lo observado y no adquirir variedades que son invariablemente desechadas. Resulta más económico suministrar las semillas en recipientes individuales ya que de este modo las que no gusten serán ignoradas. Si se tiene un solo pájaro o una  única pareja, entonces la adquisición de lo que se conoce como mezcla especial para loros resulta con frecuencia la forma más conveniente de alimentación ya que el desperdicio es mínimo.
Una buena mezcla de semillas proporcionará a nuestra carolina las vitaminas y los nutrientes básicos requeridos para mantenerse en condiciones óptimas.
El mijo en rama gusta mucho a todos los pájaros, en especial a las carolinas. Les divierte separarlo de su espiga natural y las mantiene ocupadas durante horas.
Las semillas de girasol deben proporcionarse con carácter adicional a la dieta básica. Una que se componga únicamente de estas semillas no es recomendable para nuestro pájaro.

Si deseas conocer a fondo todo lo necesario para cuidar bien una carolina, te recomendamos la publicación Manual Práctico de Carolinas de la Editorial Hispano Europea:

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