Gusanos de seda: alimentación y cuidados

A través de sus seis fases los pequeños de la casa verán cómo de un huevo nace un gusano, que evoluciona por distintas fases para, finalmente, formar una crisálida de la que saldrá una mariposa. Es una actividad muy habitual en familias con niños, un ejercicio que enseña el ciclo biológico de estos insectos.

Por eso, desde mundoAnimalia queremos hablar de cómo es su alimentación y cuáles son los cuidados que necesitan para que podamos asistir al final esperado.

Alimentación de los gusanos de seda

Como ya hemos adelantado, los que hemos vivido este proceso con nuestros hijos sabemos lo que es buscar moreras para coger sus hojas frescas, pues hay que engordarlos y hacerlos crecer, y las hojas verdes de este árbol constituyen su alimento.  Y solo comen eso; ni hojas de otros árboles ni de lechuga. Para conservarlas, lo mejor es guardarlas en un recipiente de cristal y almacenarlas en el frigorífico. Cuando aún son pequeños, no hace falta que pongamos muchas hojas en la caja, pero conformen crezca, debemos incrementar la cantidad de hojas de morera. Y diariamente tenemos que ver cuál es su estado. Las hojas de morera deben estar frescas y verdes. Por eso, todos los días deberemos retirar aquellas que estén secas o se hayan quedado un poco mustias.

¿Cuáles son los cuidados diarios?

Lo primero que tenemos que considerar es en qué espacio los ponemos. Lo habitual es una caja de zapatos, a la que le hemos hecho algunos pequeños orificios para que los gusanos de seda respiren, pero podemos optar por otros recipientes. Lo importante es que sea de cartón y que pueda taparse, pues si el recipiente que hemos escogido no tiene tapa se escaparán de la caja.

Al cabo de varias semanas asistiremos a un parón en su comportamiento: veremos que dejan de comer y apenas de mueven. Es normal y nos indicará que se están preparando para formar la crisálida. Una vez se hayan formado, es recomendable extremar la limpieza, porque de este capullo saldrá una especie de líquido que presenta un olor muy fuerte y que, si no se retira, afectará al normal desarrollo del ciclo del gusano.

Finalmente, cuando las mariposas salgan de su capullo, tendremos que retirar los restos de las crisálidas que hayan eclosionado para que no interfiera en el ciclo reproductivo de las mariposas, ya que de su unión surgirán nuevos huevos de los cuales saldrán otros gusanos. Y todo el proceso comenzará de nuevo...