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El reposo de tu mascota... ¡No te lo tomes a la ligera!
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El reposo de tu mascota... ¡No te lo tomes a la ligera!

El reposo es tan importante para nosotros como para cualquier otro ser vivo de la tierra. Y eso incluye, por supuesto, a nuestras mascotas. La ciencia ha permitido que sepamos mucho a la hora de saber cómo descansar correctamente, haciendo que nuestro cuerpo reciba las atenciones que se merece cuando no está erguido y en activo. Y lo mismo ocurre con nuestras mascotas: se han llevado a cabo numerosos estudios que nos han ayudado a saber cómo atender sus necesidades de reposo en función de sus movimientos, el peso de su cuerpo o la postura empleada para dormir o relajarse.

Posturas

Un perro puede descansar sentado apoyándose sobre sus posaderas traseras, tumbado sobre su esternón o lateralmente (o incluso boca arriba, aunque ya es menos común) pero en estado de alerta, teniendo un sueño denominado de onda lenta, o bien en plena fase de REM. Los últimos dos casos se caracterizan una posición tumbada y con las piernas dobladas, ojos cerrados y respiración regular, y por la sensación de que el perro esté soñando (respiración irregular, espasmos musculares) respectivamente.

Por otro lado, también es frecuente ver al animal durmiendo acurrucado, máxime en invierno, mientras que a mayor calor (o mayor tranquilidad) puede espatarrarse sin ningún pudor. Para todos esos casos el animal puede acabar amoldándose a la superficie que tenga más a mano, pero debe disponer de alternativas realmente cómodas para facilitarle un correcto reposo en todo caso.

Lugares

Está claro: a poco que hayamos hecho las cosas bien, nuestro amigo peludo nos quiere. Por eso, si estamos en casa, elegirá reposar cerca de nosotros. Entre otras cosas, por su condición de ser gregario. Así que nada como tener un cojín, camita o similar cerca del sofá. Pero si no estamos en casa, es posible que su lugar favorito para reposar sea otro. Nuestra tarea pasa por averiguar cuál es y proporcionarle un lugar de reposo que se amolde a las características del lugar (interior o exterior, más cálido o más fresco…). Influye un buen puñado de factores, desde la temperatura de la casa o el estar dentro o fuera de la misma, a la altura del lugar en que decida situarse el perro (no por nada Snoopy dormía en el tejado de su caseta: desde ahí, los perros otean el horizonte con mayor facilidad).

Cambios en el sueño

Conforme crece, al igual que el ser humano, el perro modifica su sueño. Así, recién nacidos los cachorros (en sus dos primeras semanas de vida), entran y salen de una fase REM que a partir de la tercera semana se empieza a alternar con la onda lenta. Y es que conforme maduran, los perros necesitan de más tiempo despiertos y menos fases de sueño. Ya hacia las ocho semanas, los ritmos de descanso son similares a los de un animal adulto.

Números

Haciendo cuentas, queda sobradamente patente la necesidad de que nuestro amiguete peludo tenga un buen lugar en que reposar: de 24 horas, un perro se tira poco menos de 10 horas durmiendo (9,67) en onda lenta y otras 3,24 en fase REM. Entre esto y los demás procesos de reposo por los que pasa a lo largo del día, tan sólo está despierto entre un 44-48% del mismo. Tiene que descansar y tiene que hacerlo en condiciones puesto que de lo contrario puede sufrir crisis nerviosas que desemboquen en enfermedades graves. Fundamental (y máxime en la etapa de cachorro a su madurez) respetar sus ritmos y facilitarle las cosas para cuando quiera echarse una siesta o dormir profundamente.

Cuida su reposo

Como decíamos al principio, la ciencia ha hecho que el ser humano pueda proporcionarle a su compañero cuadrúpedo un reposo parejo al suyo propio. Pocas necesidades quedan por atender con camas y cunas hipoalergénicas, anti-bacterianas, anti-ácaros, termo-reguladoras, anti-manchas; con rellenos viscoelásticos, tejidos y formas especialmente adaptadas para un cachorro, un adulto y un senior; colchones ergonómicos que se van hundiendo por zonas según la distribución del peso del cuerpo del animal... y sobre todo, con materiales todo terreno: existen camas de interior y de exterior, para zonas cálidas y frías, y sobre todo pensadas para aquellos animales más revoltosos con necesidad de morderlo todo. Se ha llevado a un nivel de detalle tan alto que lo mejor es asesorarse para saber exactamente cuál es la mejor opción para cada mascota. Pero claro, la responsabilidad del ser humano va más allá de una compra acertada. Es nuestro deber mantener su lugar de reposo en condiciones, limpiándolo a consciencia con regularidad, evitando que lo destroce alegremente y creando un hábitat higiénico a su alrededor.

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