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Cuidados de las tortugas terrestres durante su hibernación
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Cuidados de las tortugas terrestres durante su hibernación

Reptiles

Uno de esos momentos importantes es durante la hibernación. No todas las especies de tortuga terrestre hibernan; si la nuestra es de las que sí, es importante que sepamos los beneficios que conlleva este sueño invernal para que brindemos la asistencia adecuada que haga posible este estado fisiológico tan necesario para algunos animales.

Durante la hibernación, como muchos otros animales, las tortugas disminuyen su actividad y el organismo se ralentiza. Esta adaptación a las bajas temperaturas del invierno hace que descienda su temperatura corporal y que reduzca de manera importante sus funciones metabólicas. Se sabe que este estado es propicio para la actividad sexual de estos reptiles, pues hace que coincida la ovulación de las hembras con la época de apareamiento, y ello es beneficioso para la reproducción de estas especies. Además, parece ser que además de regular su ciclo reproductivo y metabólico, hace lo propio con la función endocrina que regula la glándula tiroidea y que es la responsable de su peso y de su temperatura corporal, entre otras cosas. Por si todo ello no fuera suficiente, el descenso de la actividad podría alargar la vida de las tortugas de manera destacada. De ahí la importancia de la hibernacion.

¿Qué cuidados seguir durante la hibernación?

La hibernación comenzará en otoño, cuando comience el frío (octubre o noviembre), y terminará en primavera (abril o mayo). Así, dependiendo de donde tengamos a la tortuga (exterior o dentro de casa), comenzará a hibernar antes o después y terminará también antes o después.  Como durante todo ese tiempo no comerá, es importante que antes de que empiece esta fase fisiológica le ofrezcamos una alimentación completa para que aumenten las reservas de su cuerpo. Del mismo modo, es importante que la hidratemos antes de que comience el sueño invernal. Por eso la alimentación debe también aportar hidratación para evitar que el animal se deshidrate y ello afecte a su caparazón o a su piel. Asimismo, es menester que la zona donde vaya a hibernar esté limpia de excrementos.

Una vez se encuentre la tortuga hibernando, tenemos que vigilarla, tanto si el animal pasa esta fase en el exterior como si lo hace dentro de casa, en un terrario. Eso sí, si la tenemos en el interior de nuestra vivienda es necesario que la mantengamos alejada de fuentes de luz y calor, en un lugar oscuro y seco, pero con unos niveles de humedad mínimos para que no reseque demasiado el ambiente y afecte a su caparazón o a su piel.

Y lo mismo si está a la intemperie. Habrá que asegurarse de que no recibe excesiva luz del sol y que no está expuesta a las inclemencias meteorológicas, sobre todo a la lluvia. Además de la humedad que le puede ocasionar mojarse, está el hecho de que si está expuesta a demasiada luz y calor aumentará su temperatura corporal, lo que alterará su metabolismo. Si la zona donde residimos es muy fría y se alcanzan temperaturas demasiado bajas (por debajo de los 6 o 7 ˚C, por ejemplo), es mejor que tratemos de que hiberne en casa, o la coloquemos en un espacio donde la temperatura sea mayor, pues ello puede tener consecuencias para su salud.

Igualmente habrá que confirmar que ese lugar es seguro, ya que tendremos que protegerla de posibles ataques de otros animales durante esta fase. Una solución es meterla en una jaula para que no esté expuesta a roedores, aves ni otros depredadores.

Ya hemos comentado que el terrario o el área donde estará descansando la tortuga durante estos meses debe estar limpia. Por eso, si el animal hace sus necesidades, tendremos que limpiar la zona para que los desechos no ocasionen enfermedades durante el proceso de hibernación.

Una vez despierte, habrá que retomar sus rutinas de manera habitual, vigilando, eso sí, el peso, la temperatura corporal, la alimentación y su hidratación.

 

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