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Alojar a tu jerbo
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Alojar a tu jerbo

Las tiendas de animales ofrecen una gran variedad de jaulas adecuadas para los jerbos. Las jaulas pueden estar hechas de madera, chapa metálica, vidrio, plástico, rejilla o malla de alambre, o de diferentes combinaciones de estos materiales.

Jaulas

Los jerbos parecen estar mejor en jaulas con suelos sólidos. Una superficie de suelo de unos 25 x 50 cm o de 40 x 40 cm parece ser adecuada para una pareja más una camada de cachorrillos. La jaula normal de tamaño grande para hamsters, la jaula para animales pequeños, el acuario de 40 litros e incluso algunas jaulas grandes para pájaros, como los que se venden en las tiendas de animales, pueden resultar adecuadas.

Para permitir que el jerbo pueda comer o beber como acostumbra, es decir, sentado, y para dejar algo de espacio para estirarse, es conveniente que la altura de la jaula sea de unos 20 a 25cm.

Cada tipo de jaula tiene sus ventajas y sus inconvenientes en cuanto a durabilidad, higiene, peso y seguridad. Se prefiere las jaulas de metal, plástico y vidrio por la facilidad de limpieza. La madera es más barata, pero también es menos duradera y más difícil de mantener en condiciones higiénicas. Los jerbos pueden roer las superficies de madera no protegidas, y pueden arañar en cierta medida las superficies de plástico y de madera.

Normalmente tus jerbos no saltarán hasta una altura suficiente como para escapar de un acuario o de una jaula abierta por la parte superior, pero conviene que haya algún tipo de techo o de tapa para evitar la entrada de intrusos permitiendo, al mismo tiempo, la ventilación. Estas cubiertas pueden hacerse con rejilla de alambre, o pueden comprarse en tamaños estándar en las tiendas de animales.

El espacio entre los barrotes de la jaula o el tamaño de las aberturas de la rejilla debería ser como máximo de unos 15 mm; así evitarás que se produzcan heridas en las narices de los jerbos durante sus intentos de roer el metal. No debe usarse malla contra insectos en ningún lugar que quede al alcance de los jerbos, ya que éstos pueden abrirse paso a través de ella con las uñas o con los dientes.

Es preferible que los costados de la jaula sean sólidos hasta una altura de varios centímetros por encima del suelo para evitar en cierta medida que los animales esparzan el material del lecho (lo que puede ocurrir cuando los animales se entierran en él). Así también puede evitarse la pérdida accidental de jerbos recién nacidos a través de las aberturas de los barrotes o de la rejilla, y además se proporciona cierta protección contra las corrientes de aire.

Lecho

El material para el lecho ha de ponerse sobre el suelo de la jaula hasta formar un estrato de unos 5 a 8 cm. Los jerbos lo arreglarán de modo que quede conforme a sus necesidades, según la temperatura y sus propios gustos.

Este material debería ser limpio, absorbente, desprovisto de polvo o incapaz de generarlo, y atóxico. Las virutas de madera de pino, el serrín grueso, las mazorcas de maíz trituradas, la hierba, las hojas o cualquier material comercial para lechos son adecuados.

Limpieza

Los jerbos son probablemente los animales de compañía más limpios. Sus residuos orgánicos son tan exiguos que el material del lecho de la jaula sólo ha de cambiarse cada dos o tres semanas. Y si cuando toca limpiar el material del lecho nace una camada de cachorrillos, puedes esperar a que los jóvenes se desteten para cambiar el lecho. Naturalmente, si se derrama agua o si es evidente que el lecho está sucio, tendrás que cambiarlo antes. Es posible que haya de cambiar el lecho más frecuentemente durante los días calurosos que en tiempo frío.

La limpieza rutinaria de la jaula consiste en un rápido raspado y barrido cuando se saca el material sucio del lecho. Varias veces al año tendrías que usar una solución desinfectante doméstico para limpiar con ella tanto la jaula como los utensilios y accesorios. Asegúrate de secar y airear bien la jaula antes de volver a meter los animales en ella.

Cuando vuelvas a poner tus jerbos en la jaula después de haber renovado el lecho, se enterrarán en él y trabajarán industriosamente para disponerlo a su gusto. Éste es un buen momento para poner en la jaula un trozo de tela suave con el fin de que los jerbos puedan despedazarlo y hacer con los pedazos material para anidar, que les durará hasta el próximo cambio de lecho.

Accesorios

Si se les proporciona espacio, los jerbos no se verán afectados por ningún tipo de parálisis. Aun así, la mayor parte de los jerbos disfrutan con una rueda de ejercicios, que les permite consumir su exceso de energía.

Un comedero, una botella para beber agua, algunos juguetes y un pedazo de madera para roer completan los accesorios necesarios para el hogar de los jerbos.

Temperatura y humedad

En su entorno natural, los jerbos pueden ponerse cómodos retirándose a sus madrigueras subterráneas durante el calor del día o el frío de la noche, de ser necesario. En cautividad, sus necesidades son aproximadamente las mismas que las tuyas, -unos 22,5 a 26,5°C y de un 40 a un 60% de humedad relativa-. Pueden tolerar temperaturas más bajas, hasta de unos 10°C si tienen suficiente cantidad de material de lecho para anidar.

Si el clima lo permite, puedes poner las jaulas de los jerbos al aire libre, a condición de que estén protegidos de la lluvia, del sol, del viento y de los depredadores.

Los jerbos que viven en un acuario o en jaulas de plástico transparentes han de ser protegidos contra la exposición directa a la luz solar. Los rayos de sol, más las propiedades aislantes y posiblemente el efecto de aumento de las paredes de la jaula, pueden hacer subir la temperatura interior a más de 38°C, lo que podría ser fatal para los jerbos.

La jaula puede situarse en un subterráneo, garaje, o habitación desocupada, como prefieras. Debido a la limpieza y carencia de olor de los jerbos, generalmente no hay ninguna razón para que tengas que privarte de tenerlos casi en cualquier habitación de tu casa.

Fugas

Las actividades de los jerbos, enterrarse, escarbar y roer, no significan necesariamente que estén ansiosos por escaparse. Estas acciones son parte instintiva de su vida normal. Probablemente sufrirás más de una fuga accidental de tus jerbos, de modo que hablaremos de las maneras de volver a capturarlos.

Muchas veces un jerbo que se ha escapado estará deseoso de regresar a su jaula voluntariamente, si la tiene a la vista. Puedes ayudarlo a cumplir sus deseos poniendo algunas semillas de girasol cerca de la jaula. Si te quedas tranquilo, puede que él regrese poco a poco hacia ti después de haber explorado su entorno inmediato.

Debido a que a los jerbos les encanta explorar los túneles, un método muy bueno para volver a capturarlos consiste en poner un tubo de cartón o de plástico cerca del jerbo que se ha escapado (si es necesario hay que usar algunas semillas o material de lecho, como cebo). Cuando él penetre en el tubo, tapa los extremos con tus manos, coge el tubo y devuelve el jerbo a su jaula. O bien puedes usar una lata de café con algo de cebo, o cualquier otro recipiente vacío, puesto de costado; cuando el jerbo se meta, los coges tapando la salida.

También puedes emplear el mismo truco que se usa para capturar a los hamsters que se han escapado. Pon un cubo en la habitación donde se escapó tu jerbo, y asegúrate de sellar la habitación para que al menos no pueda salir de ella. Haz una serie de peldaños desde el suelo hasta el reborde del cubo; también puedes poner dentro del cubo a la pareja del animal que se ha escapado (asegúrate antes de que el cubo sea lo suficientemente alto como para que los animales no puedan salir de él). A la mañana siguiente deberías encontrar a tu jerbo escapado a buen recaudo dentro del cubo.

Si deseas saber más acerca de cómo cuidar a tu jerbo, te recomendamos la publicación Tu primer Jerbo de la Editorial Hispano Europea:

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